El día que Kara se inclinó - Supercorp

01. Bienvenida a casa, Kara

—Águila Uno, tengo el paquete en mis manos.

—Regresa a la Torre de inmediato. La Bella Durmiente está despertando —respondí desde mi micrófono.

—Lena, ¿Ya le has avisado a Brainy? —Nia se acercó a mi lado y preguntó.

—Sí, está en camino —asentí en un suspiro mientras apagaba mi In-Ear.

—¿Estás bien? —ella me miró con cierta curiosidad.

No sabía que responder, nunca fui de hablar sobre mis sentimientos. Pero en este último tiempo y gracias a lo que hemos vivido de camino a la Zona Fantasma, Nia y yo nos unimos bastante.

—Sí. Quiero decir... Estoy algo nerviosa —desvié mi mirada hacia la puerta del fondo—. Allí está Kara y aún no pude verla. Bueno, estando ella despierta y... Simplemente son muchas emociones —corté para evitar hablar de más.

—Lo entiendo, estamos todos así —ella me brindó una sonrisa.

En ese momento Brainy llegó con el pastel. Él lo dejó en la mesa y Nia se acercó, abriendo el paquete.

—El pastel está intacto —se sorprendió.

—¿Dónde está Supergirl? —preguntó él.

—Sigue bajo las lámparas solares —me uní a ellos mientras J'onn se acercaba también.

—Volver de la Zona Fantasma anoche agotó todas sus fuerzas —comentó el marciano, quien recién había ido a chequear como seguía la kryptoniana.

—Me dijiste que había poco tiempo —Brainy miró a la naltoriana.

—Ah, eh... —tartamudeó.

Miré a Nia con diversión, ella me pidió que le siga el juego y también me encargué de apurar al pobre hombre.

—Pensamos que te comerías el pastel —finalmente confesó.

—¿Pensaron que me lo comería? ¿Quién soy? ¿Un animal? —J'onn bajó la mirada, reprimiendo una risa— ¡Nunca lo haría! Quiero que todo sea perfecto cuando despierte. 

Nia lo sujetó del hombro, dándole apoyo.

—No la apresuremos —J'onn habló—. Hace mucho que no tenía una buena noche de descanso.

Suspiré al oírlo. No quería ni pensar en lo mal que la pasó allí. Si pudiera haber estado en su lugar, lo habría hecho sin dudar con tal de evitarle cualquier dolor posible. 

—Lo sabemos —la otra mujer dijo y luego me sonrió—. ¿Pero podemos admirar la decoración que hizo Lena? —se encaminó hacia un arco formado por globos—. ¡Azules y rojos! ¡Perlados!

Me hizo reír a carcajadas con aquel comentario.

—Realmente no lo he hecho yo, contraté a alguien —confesé—. Pero puse el dinero, eh.

—Mientras ese alguien no revele nuestro sitio secreto... —Brainy habló con preocupación.

—Tranquilo, trabajo con gente muy discreta.

—Puff... Ventajas de ser una Luthor, cariño —nuevamente la naltoriana me hizo reír.

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Los fantasmas me ahogaban, me cortaban la respiración. Quería huir y no podía. No daba más... solo quería morir.

Desperté de golpe, en un grito sofocado.

—Hey, hey. Tranquila —escuché la voz de Alex, que se acercaba a mí—. Fue solo una pesadilla.

Cerré los ojos al entenderlo, mi cuerpo aún temblaba recordando aquellos momentos.