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Nuevo dia en el instituto de Daegu, el aire era algo pesado pues el rumor empezó a correr por todas las bocas de los estudiantes. No había nadie que no supiera de la atrocidad hecha por MinHo. Unos les dicaban miradas enojadas y otros extrañas, pero a JiSung solo le daban miradas de pena y de burla.

Había dejado caer su dignidad por el chico que le gustaba mucho, ya habían pasado tres días y el muchacho sonriente y alegre, ya no existía más. Hablaba con sus amigos y reía un poco, también empezó a estar más tiempo con ChangBin, era muy divertido. Sin embargo todos notaban lo decaído que estaba, era una total pena pero aun así sus pretendientes seguían invitándolo a tomar algo o simplemente pasear por parque del frente. Como siempre, los rechazaba, no quería saber mucho de salidas o citas por un tiempo.

JiSung había quedado muy triste y deprimido con lo sucedido hace unos días, no podía creer que el chico de cual está enamorado no haya tenido un poco de piedad con él o siquiera empatía. Había hablado con sus madre al respecto, y sabiamente le respondió que ya llegará el chico correcto.

Mientras tanto podría llorar por las noches en el silencio de su habitación, se sentía tan mal y tan humillado. Hace dos meses que venía con esto de las sorpresas y confesiones, pero se dio cuenta que nada funcionaría pues lo había demostrado cuando, sin alma, tiró el pastel al piso. Sintió todo ese esfuerzo irse a la basura y sobre todo rechazado.

No dejaba de llorar, por lo menos se dio cuenta que había que hacer un cambio y que Lee MinHo, tal vez, solo tal vez, no merecía una segunda oportunidad. Todo porque él nunca recibió una de su parte y eso era lo peor.

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MinHo no tenía idea qué hacer, estaba un poco incómodo por todas las miradas, susurros y gritos dirigidos a él. Simplemente pensaba que se pusieran en sus zapatos, si un chico molesto te está persiguiendo hace casi tres meses ¿No estarías harto?

Él podía darse cuenta de lo hermoso tanto fuera como por dentro era JiSung, ¡pero no le gustaba! Y su actitud era cansadora. Eso seguía repitiéndose en su cabeza, no quería aceptar que tal vez cometió un error y que tal vez, solo tal vez, no estaba empezando a sentir cosas por el menor.

— ¡Lee MinHo! —la chica de pelirubia había pegado un grito tan fuerte que hizo que todos los chicos reunidos en el comedor voltearan la mirada hacia ellos. La mayoría quedó sorprendido cuando estos se besaron, y aún más cuando después la chica gritó que tenía el mejor novio del mundo.

Las miradas a JiSung no podían ser discretas, las sentía a más no poder. ¿Pero qué era esto?

MinHo no se quedó atrás y también le dirigió sus ojos al menor, en su rostro pudo verse algo de pena porque el pequeño en cualquier segundo se pondría a llorar. Ver a la persona que te gusta hace tanto tiempo y que recién de haberlo rechazado hacia todo el instituto, tener novia no era tan fácil.

El castaño agarró sus cosas y se fue con sus amigos, ChangBin, JeonGin y HyunJin. Todos apoyando y queriendo matar al pelinegro por hacerle algo así.

— Karina, ¿Estás loca? ¿Por qué dijiste eso? —no eran novios, solo que la rubia estaba muy obsesionada con ese chico y no dejaría que se le escape.

— Lo siento, pero pensándolo bien te sirvió para deshacerte de ese molesto por un largo tiempo. —rió creída y presumida, ella era mucho que mejor que ese chiquillo inexperto y eso lo comprobaría.

— Si...

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— Sunggie, tranquilo no te pongas así. —aconsejó el novio de HyunJin, odiaba ver al castañito de esa forma, no lo soportaba. JiSung estaba por lo que parecía ser un ataque de pánico, no dejaba de llorar y respirar agitadamente.

— Lo-lo siento. —se disculpó.

— No hay nada que disculpar, solo todos odiamos verte así por un chico idiota.

— Lo sé, es que me duele mu-... —no pudo seguir cuando empezó a llorar otra vez. Realmente dolía como el infierno.

Se quedaron un tiempo más así tratando de calmarlo para después ir a sus clases esperando que todo se arregle. Sin embargo, nadie había notado cuando cierto peli-plateado no estaba con ellos. ¿A dónde había ido?

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Las miradas de los dos se encontraron, uno miraba con fuego al más bajo y éste con curiosidad.

— Eres un idiota. —dijo ChangBin a su mejor amigo. ¿Cómo puede ser que haya humillado más a JiSung? ¿No le bastaba con la escena de hace unos días? Porque, vamos, él le hubiera dicho que sí la primera vez que JiSung le hubiera invitado a salir.

— ¿Qué-...? —No pudo terminar su pregunta cuando un puño impacto en cara.

Quedo embobado unos segundos largos ¿Qué estaba pasando? Las personas ya estaban acumulando, entre esas un grupo de amigos particular.

— ¡¿POR QUÉ LE HACES ESTO A JISUNG?! —preguntó completamente fuera de si.

— ¿Qué mier-...?

— ¡Respóndeme! —bien, eso ya lo estaba molestando mucho, estaba por decir incoherencias.

— ¡¿Sabes por qué?! ¡POR QUÉ NO ME GUSTA! ¡ES HORRIBLE! ¡¿ACASO NUNCA LO HAS VISTO?! JAMAS SALDRÍA CON ALGUIEN COMO E-...

Un quejido bastante alto lo detuvo de su momento de ida. Casi quiso morir cuando vio a ese pequeño chico taparse la boca con sus pequeñas manos y mirarlo con los ojos abiertos y aguados.

Su mirada paso a una suave antes de irse como un cobarde dejando a toda la multitud y a Changbin con las palabras en la boca.

No había sido un buen día para JiSung, realmente no.

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JiSung salía de darse una ducha con agua caliente para poder relajarse pero fue todo lo contario, sus lágrimas se habían camuflado con las gotas de agua. No había podido concentrarse ni en su tarea ni en su ducha. Todo estaba yendo para peor.

Cuando terminó de cambiarse se sentó en la barandilla de su balcón viendo la luna y le hizo preguntas.

— ¿Tu crees que soy horrible también? —sus ojos nunca habían parado de soltar lágrimas. — ¿Crees que algún día pueda ser bueno para alguien? Porque yo no lo creo, señora. —rió mientras secaba sus lágrimas algo bruto. — Por favor, señora, hazme bonito.

Si el brillante satélite pudiera hablar, le habría dicho que no hay persona más bonita en la tierra que él, que era más que suficiente, tal vez inmerecedor de otra persona que podría llegar a lastimarlo. Pero se mantuvo muda, no podía hablarle a ese pobre chico que estaba sufriendo tanto por un amor que no pudo ser correspondido, ese chico que tapó su cara y sollozó un poco más pensando en las feas palabras que ese Lee había dicho sobre él.

Se acostó en su cama y cayó dormido. Mientras lo hacía sonrió, estaba soñando con un lugar hermoso donde la felicidad reinaba y la tristeza no existía, ojalá que el mundo real pueda ser como ese planeta en sus sueños.

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Me rindo, hyung - MINSUNGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora