Un día más en ese vacío palacio, sentado en ese banal trono mientras seguía bebiendo ese vino de mierda, vistiendo seda estúpidamente cara, con oro y rubíes como para comprar ocho reinos con todo y sus ratas y esclavos.
Por fin había cumplido su cometido, había reafirmado su título como Lord de las Tinieblas y ahora había sido nombrado el Rey Oscuro después de conquistar el continente ¿entonces porque seguía sintiendo que no tenía un propósito?
Las amplias y gruesas puertas de cedro del salón principal fueron abiertas y con ello entraron su comandante, su mano derecha y su escudero arrastrando a un hombre con la cabeza en un saco de tela mientras se removía para salir del agarre.
—Mi señor— Saludo Min Yoongi cayendo sobre su rodilla derecha en señal de respeto —Ha recibido un regalo de Lord Park— Aclaró después de ponerse de pie y ordenarle al escudero que llevara frente al rey el presente de uno de sus más fieles aliados, Eunwoo no perdió tiempo en hacer al chico arrodillarse para después retirarle la bolsa de la cara sin soltarlo del cuello.
Jungkook arqueo una ceja mirando al joven que estaba frente a él, una sonrisa surco en su rostro —¿El bastado Kim?— Inquirió con curiosidad —Me parece que tu padre se ha vuelto un hombre generoso, Jimin— Dijo en dirección a su consejero, el hombre frente a él estaba de rodillas, atado de manos, en ropa de invierno puesto que el clima helado ya había golpeado en el norte y la costa, el cabello mojado le ocultaba el rostro.
Jeon se levantó del trono, tomó el último trago de vino de la copa antes de lanzarla a quien sabe donde y acomodarse los pantalones para caminar en dirección a su nuevo juguete.
El tacón de sus botas hacia eco en la gran sala y solo podía escuchar el acelerado latido del único humano en esa habitación, sus pies se detuvieron a unos pasos del castaño, sin cuidado tomo la espada de Eunwoo y con ella tomó la barbilla de Kim obligándolo a mirarlo.
El café colisionó con el negro y Jungkook sintió sus colmillos crecer dentro de su boca, casi palpando el sabor de la sangre en la lengua, sus ojos dieron un rojo destello que se opaco de inmediato.
—Es ciertamente una adquisición interesante, Joven Kim— Dijo Jeon alejando la espada del muchacho y entregándosela a su escudero para que la guardará —Kim Taehyung no será un prisionero, será tratado como el regalo que ha sido entregado, Yoongi encárgate de llevarlo a mi harem— Declaró antes de darse la vuelta y acomodarse nuevamente en el trono mientras Eunwoo y Min salían del lugar con el chico.
—¿Vas a hacerlo parte de tu burdel personal?— Cuestionó Park con gracia, su piel pálida siendo cubierta por un traje rojo de pana que le ajustaba en los lugares correcto, nada comparado con las armaduras que su ejército solía usar, el porte le hacía justicia a su trabajo como consejero del rey.
—Tal vez— Murmuró desinteresado por el rumbo de la conversión acomodó su saco de cuero y se recargo en el asiento —Ya habrá un momento para estrenarlo—.
—Tus ojos brillaron en cuanto lo viste— Aseguró sin apartarle la mirada aunque Jungkook no estuviera mirándolo, este solo se encogió de hombros restándole importancia —¿Qué haremos ahora Jungkook?— Preguntó con en ceño fruncido.
—¿A qué te refieres?— Sus ojos por fin enfocaron al vampiro pelinegro frente a él.
—Han pasado dos meses, sigues recibiendo regalos como muestra de lealtad, de reconocimiento como rey ¿Qué vas a hacer con eso ahora?— Inquirió caminando a la salida del salón sin decir nada más.
🔖
Odiaba no poder sentirse borracho, no experimentar esa sensación de torpeza, adrenalina y felicidad que el alcohol solía hacerle sentir, así que ensimismado en su frustración arrojó la copa de vino regándolo por el pasillo mientras aún caminaba, abrió la puerta del harem sin aviso previo y la cerró tras él.
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수영
FanfictionEl rey Jeon Jungkook ha estado desesperado por encontrar al mortal perfecto para cuando la súper luna llegue afirmarse como un vampiro y quien mejor que Kim Taehyung, su nuevo juguete, para ayudarle.