Capítulo Uno

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El Amo De La Muerte

Al abrir sus ojos, se dio cuenta de que se encontraba en casa, exactamente en la estancia frente a la vieja alacena debajo de las escaleras.

La casa de los Dursley.

Un Harry de diez años, delgado y maltrecho, salió del angosto escondrijo tras oir el llamado de su tía Petunia. El muchacho pasó por su lado arreglando su playera, sin siquiera percatarse de su presencia.

- oye, espera... - intentó tomar a su yo del pasado por el hombro pero su mano lo traspasó cuál fantasma en las películas.

Eso lo dejó descolocado.

Entonces Dudley, el pequeño y regordete que recordaba, pasó a través de él y golpeó a su yo pequeño a drede, haciéndolo a un lado y tirandolo al suelo de paso.

- quítate, estorbo - escupido Dudley, mirándolo de reojo antes de seguir su camino a la cocina.

Si, Harry recordaba perfectamente ese día. Dentro de una hora llegarían los amigos pesados de Dudley y el tendría que pasar toda la mañana encerrado en la alacena para que no lo molestaran. Eventualmente lo encontrarían, claro, pero el sería mucho más veloz y escaparía.

Luego sería enviado con la señora Figg mientras los Dursley y los amigos de Dudley se divertían en el parque, jugando y comiendo helados.

Apretó sus puños de impotencia.

Se vió ponerse de pie y sacudirse la ropa. Quiso seguir al pequeño Harry hasta la cocina pero una voz lo interrumpió.

- no pierdas tu tiempo, no podrá oirte, ni verte. Nadie podrá.

Harry se volteó, pero no vió a nadie.

- ¿ Hola ? ¿ quién está ahí ? ¿ quién eres ?

- soy muchas cosas, Harry. Soy algo que está fuera de la compresión humana, pero aún así me dan nombres y formas. Soy consuelo, para aquellos que han vivido en soledad. Soy descanso, para aquellos que han sufrido. Soy eternidad, para aquellos que temen desaprecer. Soy el final. Soy inevitable. Algunos me conocen como El Guía; otros más me llaman La Parca; pero en general, soy mayormente conocida como La Muerte.

La voz reverberó en la estancia, como si proveniera de todas partes. Una voz calma, única, inolvidable.

Harry tragó con fuerza.

- así que, ¿ estoy muerto ?

Le aterraba oir la respuesta pero no tanto como se hubiera imaginado; después de todo, fue al bosque a enfrentarse con Voldemort siendo consciente de eso.

Aún así, no dejaba de ser difícil de procesar.

- ¡ Más tocino ! - gritó Dudley en la cocina - ¡ Más tocino, más tocino, más tocino !

Oyó la risa escandalosa risa de su tío Vernon, seguido por la voz chillona de Petunia.

- Tú, pon más tocino a freír - ordenó su tía.

Harry los ignoró.

- No, Harry, no has muerto - respondió la muerte.

Confundido, preguntó a la muerte sobre el lugar donde se econtraba.

- estás viendo el pasado, Harry, era necesario que lo vieras. Ya conoces el presente y parte del futuro, solo te faltaba recordar el pasado.

- ¿ por qué ?

- porque tienes una oportunidad, una que sólo ofrezco a aquellos que poseen el título de Amo de la Muerte. Y tú, Harry James Potter, posees dicho título, más por haberme aceptado que por portar los objetos creados por los hermanos Peverell, a quienes di las ideas. Tienes la oportunidad de vivir nuevamente.

El corazón de Harry se aceleró y algo cálido llenó su pecho.

- ¿ nuevamente ? ¿ algo asi como la reencarnación ?

- parecido, pero no es lo mismo - explicó la muerte - se llama Shahala. Te devolveré a un día de tu vida, el que tú elijas, y viviviras a partir de ese instante.

- ¿ y olvidaré todo ? ¿ olvidaré a mis amigos ? ¿ a Dumbledore ? ¿ los olvidaré a todos ?

- no si tu no quieres.

- ¿ y si deseo morir o continuar donde quedé ? - preguntó Harry, recordando todo lo que vió en los recuerdos de Snape.

El debía morir, al menos, eso entendió.

- también es válido.

Harry se fijó en su yo del pasado, que ahora acomodaba los platos y cubiertos sobre la mesa. Su mente se inundó de momentos, fechas y personas. Personas que lo hicieron sentir querido. Si aceptaba, podría cambiar muchas cosas. Podría impedir que su padrino muriera, que Fred muriera... que sus padres murieran.

Iba a preguntar si podría volver al día en que sus padres murieron pero la muerte se adelantó y aclaró su duda.

- si, si puedes, pero serás un bebé, tal como ese día.

La desilusión lo invadió, aunque ya lo suponía. Nada era lo suficientemente bueno, siempre habrá algo que no podrás alcanzar.

Tal vez no puedas salvar a tus padres, se dijo, pero si a otros.

Entonces, bajo ese pensamiento de consuelo, miró a su yo siendo empujado nuevamente por Dudley.

- quiero volver - dijo, decidido - quiero volver a la noche que Hagrid me entregó mi carta de Hogwarts.

- ¿ estás seguro ?

Harry asintió.

- si, lo estoy.

- bien.

Todo su panorama se desdibujó, como humo siendo llevado por el viento. El sofá, la escalera, la alacena, el piso, Dudley...

Todo se desvanecía ante sus ojos. Pero no sentía miedo, en cambio una paz de inexplicable procedencia llenó su pecho.

Hasta pudo sonreír.

- nos vemos al despertar, Harry - se dijo.

Y todo se borró.

Y todo se borró

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⏰ Última actualización: Aug 22, 2022 ⏰

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Sueño Perfecto ( Drarry )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora