Mi pecado favorito. [Taekook, Vmin +18]

01;

No era un buen día, lo supo desde que leyó el mensaje de su novio, eran apenas las siete de la mañana y ya gruñía por su segundo café, el cual no pudo prepararse por estar distraído.

Decidió que iría caminando hasta la universidad, aunque estuviera a veinte minutos. Tomó sus cosas y se cubrió del frío con una fina chaqueta. Taehyung no era fan de llegar tarde, pero sólo por hoy desearía faltar a clases.

-No entiendo para qué hablamos si al final hará lo que quiera.

Hace dos semanas había decidido besar a su mejor amigo, al omega que lo conocía más que él mismo, aquel rubio bajito que lo acompañaba en cada drama y decepción, era con quien compartía años de amistad y secretos. Si necesitaba contar con alguien, sin duda era él. No sabe en qué punto el amor que le tenía se transformó en algo más, de repente se preguntaba qué sentiría si lo besaba... Pero no besos como los que llevaban tiempo compartiendo, sino un beso profundo y largo, algo más que los picos inocentes.
Hasta que lo hizo, no soportaba ver a su mejor amigo con un beta cualquiera, sabía que merecía más. Tan sólo bastó ese beso para esfumar al beta, y uno más para iniciar una relación secreta.

Secreto que se había ido a la mierda esa misma mañana, cuando Jimin le contó a todos quién era su nuevo novio. Sabía de antemano lo posesivo que era, ¿pero sólo aguantó una semana de clases?

No quería a gente hablando de la nueva pareja de la U, tampoco de lo cliché que eran o si era obvio que terminarían juntos. Qué más les daba.

Cuando por fin llegó a la universidad suspiró aliviado, los pasillos estaban casi vacíos, se ahorraría los susurros por una hora.
Se dirigió hasta la cafetería en busca de un expreso, pero fue interrumpido por la sonrisa de su problema.

- ¿Por qué no estás en clases?

- ¿Es así como saludas a tu novio? Qué grosero, Tata. - Formó un pequeño puchero, mientras le extendía un vaso con su café favorito. - Decidí esperar a que llegaras, ya sabes, para poder hablar antes de las interrogaciones. Sé que debes estar molesto, ¿pero no puedes pausar tu enojo cinco minutos?

Taehyung suspiró mientras agarraba el vaso y tomaba asiento.

- ¿Pretendes que te bese y sonría cuando no mantuviste ni diez días nuestro secreto?

El omega se sentó sobre las piernas de su alfa, apoyando su frente con la contraria. Sabía que estaría molesto, pero no creyó que sería para tanto.

- No entiendo porqué te molesta, somos novios, acordamos que en algún punto se lo diríamos a todos. ¿Por qué no quieres que sepan? - Taehyung alejó a Jimin para poder beber de su café.

- Me gusta mi privacidad.

- También que estén detrás de ti.

- ¿Y si es así qué? ¿A ti no te gusta saber que otros alfas desean estar contigo?

- Yo no permitiría que otro se me acercara, en canbio tú...

- En cambio yo qué, Jimin. - Soltó su bebida caliente sobre la mesa en la que su espalda se recargaba, sujetando la cintura del rubio. - ¿Crees que en esta semana he estado con otros? ¿Que los tengo justo como estás tú ahora? Dime, ¿piensas que me he aprovechado de nuestro secreto para engañarte? - Aumentó la fuerza de su agarre, comenzado a sonreír, sabía que sus palabras enloquecían al rubio. - Pues sí, Jimin. Ayer estuve con uno, antes de ayer con dos. Hoy iba a estar con el cuarto, pero lo arruinaste. - Lo siguiente que sintió fue una fuerte cachetada y el inútil forcejeo para zafarse de su agarre.

- Sueltame imbécil.

Taehyung soltó una risita burlona, capturando los rosados y esponjosos labios de Jimin, el cual se resistió los primeros cinco segundos, pero en el sexto estaba correspondiendo con gusto, aferrándose del cuello ajeno.