Death and destiny

~•03•~

Capítulo 03
Otro día normal

Nuestro protagonista se encontraba nuevamente caminando, está vez gruesas gotas de lluvia caían sobre su persona. El lugar al que se dirigía era una pequeña casa en una zona algo poblada por donde los residentes eran muy cercanos... Su actual trabajo era sencillo nadie debía enterarse del asesinato y todo debía parecer un accidente, podía destruir la propiedad pero nadie ajeno a los mencionados debían morir.

Abre la puerta con facilidad ¿No tenía seguro o tal vez él se lo quito de alguna forma?

Entra en la propiedad y va directo a las escaleras que conducen al segundo piso, si fuera la época actual tal vez diríamos que es una típica casa que sale en aquellas películas americanas pero un poco más rústica y antigua.

Al subir las escaleras esta un pasillo con cinco puertas, camina con ese paso lento, seguro y elegante que lo caracteriza. Abre con lentitud la última puerta y se encuentra con una modesta pareja... Ambos dormidos en su cama, abrazados soñando con quién sabe que cosas.

Parecían felices durmiendo, tan juntitos... Nuestro protagonista se queda un momento quieto, contemplando a la feliz pareja pero como dije fue solo un momento, saca una aguja de su máscara y está se convierte en un denso y espeso humo negro que se filtra dentro del cuerpo de los dormidos por su nariz, boca, oídos y ojos.

Los dos murieron en cuestión de segundos y el humo negro regreso a la mano de su usuario convirtiéndose en aguja después de que el trabajo fuera realizado.

Salió del cuarto y fue a los siguientes matando a quienes le habían mandando solo eran cuatro... Pero no todos murieron de la misma forma.

Hubo un pequeño niño que se dió cuenta de su presencia y salió de su habitación y preguntó con una suave y tierna voz. — ¿Estoy soñando? — no debería tener más de diez año.

Él  se acerco lentamente al menor y saco una foto que tenía en el bolsillo... Efectivamente tenía que matarlo también.

— Mañana  cuando te despiertes irás a un bonito lugar. — Le mintió al joven, mientras se arrodillaba a su altura. — Solo cierra los ojos y sentirás un pinchazo... Así te despertarás. — Y con eso dicho convirtió la aguja en un cuchillo filoso de cocina y de un rápido tajo corta la yugular, murió en cuestión de segundos. Se levanta con la ropa manchada de sangre y siguió matando a los demás con el humo negro.

Quema la casa y luego deja rápidamente el lugar, entra por el ático a una casa vecina y se queda allí a pasar la noche.

Continuará.