Dick crazy

"Ya sabes", comienza Makio. El Hashira del Sonido, sus tres esposas y los tres novatos que llevó con él, están caminando de regreso del Barrio Rojo. "El chico rubio tiene un gran trasero".

Uzui levanta los ojos, que aterrizan en Zenitsu. Todavía está en ese kimono amarillo, que se ensució durante la batalla. El kimono hasta los tobillos no está apretado en lo más mínimo, pero no obstante, el trasero de Zenitsu todavía se imprime en el material. El hombre mayor observa las ondas que atraviesan el vestido mientras el niño camina antes de mirar a su esposa.

"¿Oh, sí?" Él pregunta como si no estuviera solo mirándolo, "¿Qué tiene que ver eso conmigo?"

"Jugar con él." Makio responde.

"¡¿Qué?!" Uzui pregunta con incredulidad como si no estuviera pensando en follar con el chico desde el primer día que lo conoció.

"Es un mocoso quejumbroso, desagradable e irrespetuoso, ¿no es así? Pero no querrás golpearle el trasero para que se calle. Quieres meterle la polla en la garganta y hacerlo llorar mientras se atraganta, ¿no?".
"¿Qué tal si lo inmovilizas para que pueda sentir cada centímetro de ti golpeando contra él desde atrás?" Makio susurra en voz baja con una sonrisa pintando su rostro.

Ella ve a través de su esposo. Sabe que eso es lo que ha estado anhelando hacerle al chico. Sabe que ahora mismo está pintando un cuadro bonito en su cabeza.

Uzui parpadea, ya no escucha las palabras de Makio. Ahora está en el dormitorio, donde duermen los tres niños. Desde que se duchó no hace mucho tiempo, usa el yukata morado estándar que le dan en la casa con el escudo de glicina.

Mirando hacia abajo, observa a los niños dormidos, que también usan el yukata estándar. Las manos de Inosuke están detrás de su cabeza, lo que le da a Uzui la impresión de que está teniendo un sueño suave. Tanjiro, por otro lado, agarra la sábana suavemente. Debe estar viendo imágenes pacíficas. Por último, sus ojos se posan en Zenitsu.

Los otros niños yacían debajo de las sábanas mientras Zenitsu estaba tirado sobre su estera para dormir. Se acuesta boca abajo mientras mantiene ambas manos a cada lado de la almohada. Con una pierna levantada y la otra estirada hacia abajo, el yukata se elevó, revelando la parte inferior de su trasero.

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El chico usualmente llorón se ve tan tentador de esta manera. Los pies grandes avanzan lentamente. Mientras se acerca, su cerebro le dice que se detenga. No puede hacerle esto a Zenitsu. No mientras él está durmiendo. No es como si estuviera tratando de tentarlo a propósito.

Accidental o intencionalmente, la polla dolorosamente dura de Uzui se frota contra la parte delantera de su yukata. Entonces, el hombre alto se pone de rodillas detrás de los jóvenes espadachines. A medida que se acerca, habla en voz baja: "Lo he decidido".

Lo cual no tomó mucho tiempo en absoluto. Sabía lo que quería hacer en el momento en que entró en la habitación.

Uzui mueve el extremo del yukata más arriba hasta que se asienta alrededor de la cintura de Zenitsu. Sus ojos se entrecerraron mientras vagaba por el culo lechoso. El Hashira agarra las caderas de Zenitsu, poniéndolo de rodillas y haciendo que su espalda se arquee bellamente.

"Te voy a mojar y estirar con mi lengua y mis dedos. Voy a volverte loco con solo esos dos antes de recompensarte con mi polla. Una vez que te dé mi polla, no me voy a contener. Voy a penetrarte hasta que tu polla se vuelve loca. La polla se vuelve loca por mí. Hasta que ruegues por ser mi perra". Uzui explica vívidamente.

Agarrando las suaves mejillas frente a él, Uzui se inclina hacia adelante. Lame la entrada de Zenitsu lentamente. "Mmm".

El Hashira hace una pausa. Con los ojos muy abiertos, se inclina, esperando ver a Zenitsu despierto. Sin embargo, los ojos del niño todavía están cerrados con los labios ligeramente separados. Él nota el ligero tono rojo en sus mejillas, lo que significa que lo siente mientras duerme.