Mi perspectiva - Haikyuu - Hinata x oc

Gracias por todo

Uno más, solo uno más. El marcador estaba a 16-17, llevaba 5 sets completos sin cambiar y sentía que no podía respirar además de que mover mis piernas se estaba complicando más de lo normal, pero no iba a rendirme, no ahora. 

Ima sacó a mi derecha suave haciendo que el equipo contrario pueda recibir sin complicaciones, supongo que estaría cansada, llevaba jugando los 5 sets sin descanso porque la colocadora suplente no había podido venir. El líbero del otro equipo dirigió la pelota hacia su colocadora la cual se dispuso a hacer un rápido A, llevaba todo el partido haciendo el mismo ataque con la misma jugadora, el balón llegó hacia el lugar en el que su atacante estaba saltando y lo golpeó con dureza en mi dirección. Recibí la pelota para después rodar hacia atrás, tiene fuerza pero los saques de mi hermano son peores, este se elevó hacia arriba donde Ima cambió su dirección para darle paso a Kazumi quien saltó lo más alto que pudo para golpear el balón en diagonal.

El equipo contrario recibió su remate enviándolo hacia la armadora de nuevo, haciendo que Kazumi frunciese el ceño y les mirase con odio mientras que Kimi desde el banquillo gritaba que no se agobiase. La armadora trató de colocar el balón pero este iba muy alejado de ambas manos así que se decidió por rematarlo con una fuerza descomunal, pillándonos por sorpresa a casi todas, Hara se lanzó hacia la izquierda y lo golpeó con un solo brazo llevando el balón al final de la pista, corrí en su dirección para así lanzarme como pude hacia este golpeándolo con los antebrazos antes de caer.

-UN ÚLTIMO.

Ame saltó para rematar pero fue recibido desde el otro lado de la cancha, quienes por la fuerza con la que este iba tuvieron que pasarla de un único toque. Volvió en mi dirección, preparé los antebrazos un segundo antes de que estos acariciasen el balón de forma perfecta. Ima gritó el nombre de Hara mientras esta se preparaba para saltar pero tres bloqueadores aparecieron delante de ella cuando estaba en el aire, me posicioné detrás cuando su remate fue bloqueado golpeando así mi pie y saliendo disparado hacia Yoshico que pudo mágicamente colocar de dedos y dirigirla hacia donde estaba Hara. Otra oportunidad. Todo se vio lentamente, como Hara hacía la batida, como articulaba el brazo hacia atrás, como moldeaba el balón y lo dirigía exactamente a donde quería.

El sonido del balón tocando el suelo llegó hasta nuestros oídos e inundó cada rincón del enorme pabellón en el que nos hallábamos, ese que depende de a que lado de la red te encuentres puedes odiar o adorar. Nos miraba todo el mundo sin creérselo y en parte nosotras aún no podíamos hacerlo tampoco, me tumbé boca arriba en el suelo frío, cansada y segura de que tendría agujetas durante lo que quedaba de semana. Habíamos ganado.

Miré a Ima, que estaba al igual que yo, tumbada en el suelo con el brazo derecho sobre la cara, respirando con dificultad después de tanto trabajo y esfuerzo. El equipo comenzó a gritar emocionados mientras se tiraban unos encima de otros para crear juntos una especie de abrazo. Parte del colegio nos aplaudía y celebraba con nosotros desde las gradas, habíamos ganado el último partido.

Poco después de levantarnos del suelo nos pusimos alrededor del entrenador que quería hablar con nosotras y felicitarnos por el gran trabajo que habíamos hecho durante todo el año. Y es completamente cierto, no habíamos perdido ni un partido en todo lo que llevábamos en Kitagawa Daiichi y todo gracias al esfuerzo que poníamos en cada uno de ellos y ahora hemos ganado. Hemos llegado a la cima y no creíamos que podríamos volver a los pies de la pirámide en cuestión de meses.

Salieron Kimi y Ame para coger la medalla y un pequeño premio al "equipo más riguroso", no sabía ni que ese premio existía pero estuvimos igual de orgullosas de sujetarlo al final del día. Ima y yo nos despedimos del equipo sabiendo que el último día de escuela media sería el siguiente y lo pasaríamos también con entrenamientos al final. Ambas nos acercamos hacia el equipo contra el que acabábamos de competir, 16 chicas miraban al suelo, algunas con lágrimas en los ojos y otras simplemente estaban en silencio. Subieron la cabeza cuando llegamos y apretaron los labios, como si vernos fuese un recordatorio de que habían perdido.