Cada mil años, la llave de Tengen es otorgada a la sacerdotisa principal del templo Jujutsu, la cual decide a quien entregar dicha llave, ya sea a la legión de los ángeles o la de los demonios, dictaminando mil años de buena o mala suerte para los h...
He aquí otra historia algo diferente a lo que suelo escribir.
No serán muchos capítulos, pero espero que sean de su agrado.
En esta ocasión, puedo decir que:
"Quién diría que una puerta tendría mucho protagonismo" XD
Puerta-chan, es tu momento de brillar.
Muchas gracias por su apoyo, personitas cracks!!!!
Espero que se encuentren bien.
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—Y es por esa razón que la elegida debe entregarte la llave de Tengen, ¿entendiste Satoru? —dijo un hombre de oscuras gafas, terminando su explicación.
—¿Eh? ¿Dijo algo, superior Yaga? —respondió su alumno, disimulando estar distraído con todo el afán de molestarlo.
—¡God, Damm it! ¡Pon atención!
—Ja, ja, ja. Es broma, superior Yaga. Quedó muy claro cual es la misión. Ahora, si me disculpa, ya es hora de que me presente en el templo Jujutsu.
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Dicho eso, el peliblanco ajustó sus lentes negros, acomodó su larga túnica y extendió sus grandes alas blancas.
Cada mil años, la llave de Tengen es otorgada a la sacerdotisa principal del templo Jujutsu, la cual decide a quien entregar dicha llave a la facción de los ángeles, o a la facción de los demonios, dictaminando mil años de buena suerte, o mil años de mala suerte para los humanos. En este caso, la sacerdotisa principal del templo es Iori Utahime. Una joven de largo cabello negro, mirada sensata y gran sentido de la responsabilidad, tomará la decisión final.
Por un lado, los ángeles ya estaban en camino, pensando que ya tenían ganada la batalla para convencer a la sabia sacerdotisa para obtener la llave, enviando a su ángel más fuerte, Gojo Satoru. Un ángel de carácter ligero, astuto y gran poder de convencimiento. Lo que ellos no sabían, era que los demonios enviarían a su contendiente más poderoso, Suguru Geto. Un demonio de fornidas alas rojas, cabello oscuro al igual que su corazón, quien era conocido por su capacidad de persuasión y seducción, y que ya había puesto el ojo sobre la bella Utahime, visualizándola a través del espejo que tenía cerca de su trono en el infierno.
