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capítulo 7

                                                 Atrapando mi muerte"

Tommy siente el terreno irregular debajo de él antes de sentir realmente el dolor.

Antes de que sienta el violento aguijón de la agonía aterradora, el golpe agudo de la tortura amenazante, la ola de angustia interminable, antes de que sienta cualquiera de esas emociones enfrentadas y sentidos gruñones que advierten sobre el próximo chillido de aflicción, siente su entorno. .

Todo lo que está tocando, tocando, tocando .

Hay hierba bajo sus dedos, tintes de musgo y tallos rizados que se empujan entre los huecos de sus dedos delgados, hundiéndose y golpeando; hay barro y nieve debajo de su cabeza, un halo circular de tierra pisoteada y mugre manchada que se arrastra entre sus mechones rubios; hay una plétora de piedras debajo de sus pies, rocas agrietadas y fisuradas que cavan profundo, profundo, profundo , incluso a través del grueso material de cuero que proporciona una sensación de protección a su cuerpo.

Tommy puede sentirlo. Puede detectar la naturaleza. Él puede discernir la creación. Él puede percibirla . Se siente como si fuera parte del mundo, parte de la tierra floreciente que lo rodea. Se está derritiendo en él, hundiéndose en la Tierra, abajo, abajo, abajo, haciendo un túnel profundo hacia el núcleo ardiente de color rojo, naranja, amarillo, donde se enroscará y temblará y suplicará un indulto contra el...

Su conciencia de todo, tan vacilante e inestable como parece, toca una melodía tranquilizadora en el fondo de la mente caótica de Tommy: de sus pensamientos giratorios, sinuosos y agitados y sus imágenes rizadas que destellan con luces de neón brillante y recuerdos de un lugar tan lejano y tan lejano.

Se siente un poco perdido cuando sus dedos luchan contra el barro húmedo y las uñas, típicamente prístinas, se manchan con un líquido marrón (solo algo brillante con un brillo de hielo lamido por el fuego). Se siente perdido y extraviado, desviado y desorientado en su mundo compuesto solo de contacto físico y azules brillantes.

El cielo, el cielo, el cielo .

La hierba, la hierba, la hierba .

La nieve, la nieve, la-

Y luego está el dolor.

Luego están las explosiones en espiral y abovedadas de una miseria quejumbrosa: angustia, dolor, aflicción; todo eso y más. El tipo de mezcla que tenía los dientes perfectamente perlados de Tommy apretados, rechinando unos contra otros en un movimiento bastante incómodo.

Su espalda estaba en llamas; sus pulmones estaban hechos pedazos, su garganta se contraía y envolvía con esa sensación seca, seca, seca haciendo un hogar en la punta de su lengua.

Dioses. Tal vez realmente se está muriendo, esta vez. Tal vez esa caída había sido lo que lo había llevado a una tierra de olvido, justo a los brazos de Lady Death.

¿Está conmocionado? ¿Está sangrando? Tiene la cabeza partida en pedazos fracturados, y su cerebro se está desparramando por todo el suelo desordenado, y nadie volverá a saber nada de él porque está...

"¿Teseo?" Una voz forzadamente interrogante, aunque uniformemente aburrida. Una larga bocanada de un suspiro gruñido. "Señor, eres tan dramático; espera".

Hay un gruñido bajo, un resoplido irritado y el revelador crujido de la nieve debajo de una bota pesada.

Tommy se encuentra parpadeando un poco, la mirada brumosa sigue girando rápidamente y las nubes parecen hacer bucles en su periférico borroso, pero... pero tal vez... bueno, tal vez no se estaba muriendo. Porque quienquiera que haya sido, quienquiera que haya sido con el tono estridente y el murmullo gruñón, no parecía demasiado asustado.