Blue and red (adaptación martuli)

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Martina despertó observando una habitación completamente blanca y enseguida la reconoció, era la enfermería del colegio.

-Joven Benza, ¿Se siente bien?- Cuestionó una mujer mayor tocando su frente, revisando que la chica no tuviera calentura. Ella solo se limito a asentir -Bien, entonces puedes irte.

La pequeña se levantó de la camilla y salió a continuar sus clases como si nada hubiera sucedido. Con su actitud de nada me importa, otro síntoma de el trastorno por estrés postraumatico. Su madre se daba un poco de tiempo en su día a día para poder llevar a Martina a un psicólogo, para de esta forma disminuir los síntomas, y gracias a eso Martina estaba empezando a ser más "flexible", reflejar más sus emociones, y hablar más. Sin embargo en ocasiones actuaba como si no tuviera sentimientos.

Camino hacia su clase sin ninguna expresión en su rostro y al estar frente a la puerta tocó, momentos después la puerta fue abierta y la profesora la miró de mala forma. Sin embargo la dejó pasar sin hacer ningún comentario.

. . .

Las clases ya habían terminado por el día y Martina se dispuso a guardar todas las cosas en su bolso, pero antes de que pudiera salir Lourdes se atravesó en la puerta bloqueando el paso. Martina la miraba fijamente a los ojos, pero no reflejaba nada. Martina solo veía los ojos de Lourdes opacos, de un desagradable color verdoso, podía ver el hermoso color esmeralda que había allí.

-¿Quieres irte?- Cuestionó la castaña con burla y Martina asintió ligeramente.

La castaña dibujo un puchero en sus labios -Que lastima porque no pienso dejarte ir- Dijo y tomo su mochila para sacar de allí unas cartulinas de color, la mayoría colores que la ojimarron no podía distinguir.

-Mira esto, ¿Que color es?- Dijo mostrando una verde pasto, y la cara de confusión que ahora tenía Martina hizo que Lourdes riera. -Supuse que no podías saberlo.-

Tomo otro rojo y lo puso frente a los ojos de Martina. -Miralo, lindo color, ¿no?- Dijo para luego reír de su propio mal chiste, porque para ella era un chiste.

Martina se enfureció y le proporciono una fuerte bofetada a Lourdes, y luego salió corriendo a su casa. Ahí estaba de nuevo la Hiperexitación, y esta vez había usado esa carga de valor para defenderse.