Capitulo 0: Introducción

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- Les odio -hago una mueca-.
Salgo del instituto enfadado. Me tapó la entrepierna porque un gracioso ha cortado la parte del centro del pantalón. Los alumnos que salen del centro me miran y se ríen como si estuviera loco. Me llamo Guille y soy el objeto de burla de la clase y no soy suficientemente valiente para defenderme. Me ponen en ridículo todos los días. No tengo amigos, ¿que importaría si me suicidara? Al principio pienso que nada, pero, despues recuerdo a mi familia. Ellos se preocuparían por mi. Traspasó la verja que separa el patio del exterior y cojo mi bici para irme a casa. Me quedo un rato quieta pensando.

Vivimos en una sociedad muy pequeña. Queda muy poca humanidad. Vivimos en el distrito 11, antiguamente llamado Japón. A 10 km de las costas hay una muralla para q no salgamos y en la isla de Hokkaido hay una raza psicológica y físicamente superior llamada Kyoukais. Ellos son más ricos y llevan todo el dinero. La humanidad vive en ciudades pequeñas y simples. Pero, somos felices. Los Kyoukais se caracterizan por no tener el sentimiento de la empatía y la felicidad muy baja.

Mis pensamientos se interrumpen cuando escucho unas fuertes pisadas. El suelo retumba y algunos alumnos de caen al suelo y de repente, una especie de robot gigante de piezas verdes con forma humanoide destruye el instituto. Todos chillan y corren pero yo me quedo petrificado. Sus ojos rojos luminosos me miran. Ahí dentro hay un Kyoukai. Han venido a atacarnos, lo se. Me monto en la bicicleta y baje la avenida. La gente gritaba y los edificios eran destruidos. Llego a una calle que lleva a mi casa y pasa por detrás del robot gigante. Pedaleo hasta estar detrás de el, de los edificios derruidos; cuando el se gira y me mira con esos ojos rojos. Echa la pierna atrás a una velocidad increíble y cuando me doy cuenta ha pegado una patada al edificio que tengo delante y los escombros y el pie del robot se acercan a mi, cuando de repente, una chica con un uniforme naranja, ojos rojos, pelo castaño y una coleta larguísima esta a 2 milímetros de lo cara y salgo volando. Los escombros y el pie no me dan; estoy en el cielo. La chica esta enganchada con una cuerda a una farola y se ha blanceado como
con un columpio. Se suelta y Carlos pero se engancha en otra farola y salimos volando otra vez.
-¡HOLA! -grita-. Soy Nekane.
Grito al darme cuenta de q estamos cayendo otra vez, pero aterrizamos en el suelo.
-Vente con nosotros.
-¿Qu..? -antes de terminar la frase me mete en un coche de 9 plazas con mucha gente y arranca el piloto.
- ¡Nekane que haces! -grita la piloto, una chica con pelo corto y mechas azules-.
-No te preocupes Cristina -dice Nekane-. Es quien buscábamos -sonríe-.

Ningen no PowerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora