XXVII

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— ¿Has pensado en comprar un auto diferente? — Sabs pregunto.

Estábamos acostadas en una de las áreas verdes de la universidad, ella boca abajo con su camiseta arriba para que el sol le diera en el área de la espalda, mientras que yo estaba con unos lentes de sol boca arriba y mi chaqueta hacia función de almohada. En la cabeza de nosotras se encontraba una pequeña bocina de la cual sonaba Hey Baby de Dimitri Vegas & Like Mike. Si, creíamos básicamente que estábamos en nuestra casa.

Fruncí el ceño al escuchar su pregunta — La verdad, es que si lo he pensado. Pensaba vender el Jeep y comprarme otro, no se cual aún — Le respondí soltando un suspiro al haberme acomodado mejor en el césped.

— ¿Qué tal el R8 Spyder? — Negue.

— No me gustan los autos descapotables — Dije con una mueca y ella rió leve.

— ¿El R8 de este año? — La mire por encima de mis lentes — Esta genial, es caro pero eso no será un problema para ti o un Q7 — Negué — Pues cómprate una bicicleta — Solté una carcajada — Total ya tienes el auto de tu padre, nada le gana a un clásico — Apunte a su dirección con las cejas en alto dandole la razón.

— Cierto, pero si creo que iré a ver que tal con el nuevo R8. Como sea, ¿Cómo están las cosas con Rowan? — Dije aguantando una risa.

— Bueno, ayer le dije hola — Comencé a reír — No te rías. Basta de mi, ¿Cómo están las cosas con Chloe? — Vi como se acostaba boca arriba y se ponía unos lentes para protegerse del sol.

— Todo bien la verdad, aún le quedan como dos días en California — Dije con una sonrisa.

— ¿Sabias que ellas vendrán aqui? — Negué — Time Square.

— ¿Cómo sabes eso? — Pregunte confundida.

— En una gran pantalla del Times Square pasan fotos de las chicas, diciendo que vienen hacer fotos y esas cosas. ¿Dónde vas? — Pregunto al ver que me levante.

— Tengo trabajo Sabrina, debo ir al gimnasio — Dije como si fuera lo más obvio del mundo — ¿Dónde vas tú? — Pregunté con una ceja alzada al verla levantarse por igual.

— No tengo más clases y no pienso quedarme aquí si tu no vas a estar aquí. Iré a molestar al gimnasio —La mire — No te preocupes no será a ti.

Comenzamos a caminar en dirección a mi auto y al estar frente a él le tire las llaves del auto — No estoy de ganas — Dije mientras me subía al asiento del copiloto. Y luego de que ella encendiera el auto nos dirigimos al gimnasio, en el cual desde que llegamos me dirigí a los vestidores para cambiarme y ella a donde estaba mi entrenador y mi amigo para comenzar a molestar. Al salir del vestidor y llegar a mi área correspondida, tire el bolso en una banca y me dispuse a calentar mientras Sabrina hablaba con mi entrenador y Cameron.

Mi entrenador paso a mi lado y me tiro unas vendas — No me pondré esta cosa — Hice una mueca de disgusto al ver el color naranja de las vendas y escuche la carcajada de mi entrenador quitándomela de las manos y dándome unas de color gris — Mejor — Comencé a ponerme las vendas y mientras terminaba con mi segunda mano escuche a mi amiga llamarme.

— Sofía— La mire — Chloe — Dijo enseñándome mi celular y le hice señas de que esperará a que termine con las vendas y al terminar ella me lo tira e inmediatamente atrapo el celular lo pongo en mi oído escuchando la hermosa voz de mi novia.

— Hola.

— Hey. ¿Qué pasa? — Pregunto sentándome en una esquina del ring.

— Nada, solo llamaba para decirte que pasado mañana iremos a Nueva York — Me informó.

— Lo se, Sabrina — Le expliqué.

— Ahh..Queria pedirte si podias ir al aeropuerto por mi — Más que una pregunta fue como una orden y solté una pequeña risa. Vi a mi entrenador que apunto a su reloj de muñeca.

— Claro. Chlo debo dejarte, estoy en el gimnasio y debo comenzar. Te quiero — Escuche de fondo unos 'aww' departe de mi entrenador y mis amigos, rodee los ojos sonriendo al escuchar la risa de Chloe.

— También te quiero cielo, hablamos después y que te vaya bien. Cuídate — Y con esto cerré la llamada.

Luego de la llamada comencé a entrenar, en un día largo y lleno de risas.

* * *

— Escucha, lo quiero negro con unos detalles de color plateado, ¿Si me entiendes? — El chico asintió escuchándome atento — Los asientos, no los quiero negros — el negó y escuche la risa de Sabrina — Los quiero de un color marrón no tan oscuros pero tampoco tan claros — El chico asintió — ¿Para cuando crees que este listo? — Apoye mi barbilla en mi mano mirando al chico frente a mi con el ceño fruncido.

— Tendrá su auto aquí para mañana en la mañana o pasado mañana en la tarde — Debió entender mi cara de confusión porque siguió hablando — El pedido que ha hecho, con el modelo pasado del R8, era bastante demandante así que se decidió hacer unos cuantos de esta forma. Tenemos uno negro mate completo con los asientos como lo quiere, dos como usted a especificado, uno de ellos con cola — Hice una mueca al escuchar lo ultimo.

— Sin cola — El asintió y siguió escribiendo en su computador.

— Audi R8, nuevo modelo, negro con detalles de color plata asientos de cuero marrón. Llegada entre mañana en la mañana o pasado mañana en la tarde ¿Algo más señorita Daccarett? — Quitó su mirada de la pantalla y la dirigió a mi, me quite los lentes de sol y vi como trago pesado al verme sin ellos, sonreí de lado.

— ¿Hay alguna forma de que llegue mañana? — Pregunté.

— Si, pero seria más dinero para llegadas anticipadas — Aclaró.

— ¿Has vendido el Jeep? — Pregunto Sabrina acomodándose en el asiento.

— En eso estoy Sabs, apenas le puse el se vende ayer y lo puse en el periódico hoy la mañana, solo he salido con el hoy, relájate, trato de tener el Audi para mañana y así poder buscar a Chloe en él — Ella hizo una O con sus labios — El punto es que no creo que dure mucho con el Jeep es nuevo — Me dirigí al chico — ¿Cuánto es con entrega adelantada? — Pregunté y el dirigió su mirada al computador comenzando a mover sus dedos de forma rápida en el teclado.

— Serian.. — Miraba al computador y yo lo miraba ansiosa — doscientos veinte mil dólares — Miro en mi dirección y escuche a Sabs soltar un suspiró.

— Madre de todos los cielos — Me miró sorprendida — Eso es caro — Reí asintiendo.

— Sin la entrega por adelantado, serian cientos sesenta y dos mil novecientos dólares — Me encogí de hombros.

— Solo son unos miles de dólares que los diferencian — Dije mirando a mi amiga y esta asintió — Pago por entrega adelantada — Dije sacando una tarjeta negra con plateado de mi cartera.

— Perfecto — Dijo con una sonrisa.

— Ventajas de ser boxeadoras y nada más mantenerte a ti — Reí al escucharla.

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⏰ Última actualización: Dec 15, 2022 ⏰

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K.O | DofiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora