❝we found wonderland you and i got lost in it and we pretended it could last forever❞
𝐂𝐀𝐌𝐈𝐋𝐋𝐀 abril 23, 2014 | Londres, Inglaterra 🇬🇧
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Los últimos tres días no han sido menos que una fantasía. Algo demasiado bueno para ser real. Incluso diría que nos estamos creando una ilusión con posición perfecta para el fracaso.
Tal vez estoy exagerando, pero no puedo evitarlo. Mi método de protección siempre ha sido la negatividad. Siempre me prepara para lo peor.
Nuestra charla en Shanghai me dejó con sensaciones encontradas. Me tranquiliza que Lewis sepa leerme tan bien y que estemos en la misma página con lo que respecta a los dos, sin embargo me siento golpeada por la sensación de otra vez estar esperando el momento de despedirme sin saber cuándo va a ser la próxima vez que vayamos a vernos.
Estos tres días juntos en Londres han sido un sueño; nunca he sido demasiado fan de las palabras cursis, las muestras de cariño en público y esas cosas que hacen que el resto de gente se sienta incómoda mirando, por eso pensar en los dos actuando como adolescentes enamorados me hace querer vomitar y reírme de mi misma y de todas las veces que dije que nunca sería yo.
Miro la gran vista que el ventanal del apartamento de Lewis en Chelsea ofrece, mi padre no tiene idea que estoy con su piloto número uno, piensa que regrese a LA a grabar y voy a volver para el GP de España. Deben ser casi las seis de la mañana porque el sol ya está comenzando a salir, últimamente me despierto demasiado en la madrugada, creo que es mi forma subconsciente de querer pasar más tiempo con él. Me estoy convirtiendo lentamente en una acosadora de primer nivel que ama mirarlo dormir.
—Siento que me estás mirando incluso dormido. —murmura somnoliento.
—¿Te desperté?
Sonríe— . No importa. ¿Todo bien?
Me incorporo del lado contrario al que está acostado y alargo el brazo para acariciar su mandíbula. Inmediatamente busca mi toque, ladeando su cabeza hacia donde está mi mano.
—Pagaría por saber qué pasa por esa linda cabeza tuya. —murmura al ver que no respondo su pregunta.
Río— . Nada en específico, solo estaba pensando en que me estoy convirtiendo en una acosadora que disfruta verte dormir.
—Podría acostumbrarme a ese tipo de hábitos.
—Yo también.
Se da cuenta que no es solo eso lo qué pasa por mi cabeza pero es lo suficientemente inteligente como para no decirlo en voz alta. Los dos estamos evitando verbalizar lo que pasará después de Mónaco como si eso lo hiciera menos real.
