metro ☆ kooktae au

metro | O2.

─Papá...─ una vocecita aniñada captó la atención de Jungkook, junto con un pequeño tirón en su mano ─, ¿dónde estabas, papá?

¿Qué?

Jeon no sabía qué decir cuando bajó la mirada, el niño le veía con sus lindos ojitos en una expresión de alivio. ¿Quién era ese niño? ¿Se había perdido en el metro? ¿Por qué lo llamaba papá?

A Jungkook le pasaba muchas cosas en su vida, estaba acostumbrado a todo eso, pero sin duda alguna nunca pensó que un niño llegara de la nada para decirle que él era su papá.

─¡Papá!

Jeon sostuvo la mano del menor con ligera fuerza antes de arrodillarse frente al nene y mirarle con una sonrisa tranquilizadora. El menor sostuvo entre sus manitas las mejillas de Jeon, y apretó hasta que los finos labios de Jungkook formaron un pico chiquito.

─¿Estás perdido?

El niño negó.

─¿Dónde están tus padres?

─Tú eres mi papá.

Jeon negó, revolviendo el pelo castaño del niño.

─Mejor vamos a buscar a tus verdaderos padres.

Extendió sus manos para que el niño se acercara y así poder cargarlo, una vez que se levantó el menor rodeó el cuello de Jungkook y le miró con el ceño fruncido. Le pareció gracioso y muy tierno.

─¿Qué pasa hijo?─ bromeó, notando la sonrisa del menor y cómo se encogía en su lugar.

─No es tu hijo─ una voz más suave pero un poco baja se hizo presente, Jungkook observó al mismo chico que se había encontrado en el metro a poca distancia. Este se acercó para tomar a el nene entre sus brazos ─, pero si quieres podemos hacer otro.

El rostro de Jungkook adoptó todos lo colores cuando el chico le dijo eso con un tono burlón y una sonrisa en los labios. Debía decir que de cerca era más lindo, pero justo ahora estaba entrando en pánico al tenerlo tan cerca. Abrió su boca para contestar rápidamente.

─A-ah.. Y-yo no, yo- sólo quería... ya s-sabes, eh...

El castaño mayor rió ligero, notando el nerviosismo a flor de piel en el azabache.

─Gracias por conseguir a Yeonjun, pensé que se había perdido─ dijo cortando el tartamuedo infinito del otro, Jungkook quería golpearse la frente con una pared o algo por actuar tan bobo frente al chico, pero se limitó a sonreir mientras rascaba su mejilla y miraba a otro lado.

Estaba seguro que si le veía fijamente no podría ser capaz de formular ni pio.

─D-de nada... hmm, ¿es tu hijo?─ se recriminó por ser tan metiche, estaba siendo peor que siempre.

─No, es mi hermanito menor.

─Ah... se parecen mucho─ asintió comprendiendo un poco más, aunque... ─. Me llamó papá, pensé que sí era tuyo.

─Yeonjun confunde a las personas, mi padrastro tiene el mismo color de cabello que tú, y eres igual de alto que él. Créeme, no es la primera vez que pasa.

El metro dio con otra parada, los pocos pasajeros bajaron cuando las puertas se abrieron y Jungkook seguía frente al otro chico como si nada, aunque se sentía algo incómodo por lo sucedido recientemente.

─Esta es mi parada, muchas gracias... otra vez─ sonrió chiquito, llevándo consigo al pequeño hasta la salida.

Jeon asintió, viendo cómo caminaba lejos de él junto con su hermanito. Apretó sus labios y sus dedos jugaron entre sí... ¿A caso perdería algo en intentarlo? No lo creía, por eso se acercó al marco de las puertas, llamando al chico y captando su atención al instante.

Los altavoces avisaron que las puertas se cerrarían en pocos segundos, pero a Jungkook no le importó tanto. Miró al chico y sonrió ligero.

─Eh... ¿podría saber tu nombre? Digo, al menos para saber un poco sobre el futuro padre de mis hijos.

El castaño sintió sus mejillas coloradas y un sentimiento de cosquillas en su pecho, terminando por reír un poco escandaloso por lo que el azabache le había dicho en ese momento.

Quedaban diez segundos para que las puertas se cerraran y Tae le correspondió el gesto.

─Diles que su padre Taehyung se fue a un viaje muy largo, el único recuerdo que tienes de mí es esa foto que me sacaste.

Un pitido fue lo que se escuchó y Jungkook se echó para atrás cuando las puertas se cerraron y el tren dio marcha, notando cómo Taehyung y su hermanito se despedían sonrientes sacudiendo sus manos.

Jungkook sólo pudo pensar que aquella sonrisa sí era de un propio ángel como Taehyung.