-¿Por favor, es muy necesario en cambio?
-Ramses ya hemos trabajado en el apego ansioso, mira es colega mío aquel doctor, muy reconocido y recomendado. Es pequeño su consultorio, pero no hay por qué preocuparse. Yo también soy un ser humano y necesito vacaciones.
La psicóloga le entregó a Ramses la tarjeta con la dirección y los datos de su nuevo doctor.
Esta bien, lo haré. Puedo hacerlo, claro qué puedo.
Sin mucho que esperar llego al consultorio. Un portón cerrado le daba la venida, el edificio era pequeño, quizás cuatro o tal vez cinco oficinas.
Toco el timbre más ansioso que de costumbre.
Din dong. Din dong.
-¡Ya voy! Ahhh maldita sea.
Un estruendo se escucho del otro lado y un golpe al pontón lo hizo apartarse de un brinco.
De pronto la pequeña puerta se abrió y Ramses busco con la mirada.-Aquí abajo.
Una chica estaba tirada en el suelo, su pierna derecha estaba atorada dentro de una tina de color amarillo y su overol rosa estaba cubierto de tierra, llevaba algunas hojas de suculentas en el cabello.
-Chica si que eres un desastre...
Ramses le tendió la mano a la desconocida, mientras ella trataba de limpiarse un poco la tierra.
-Bueno eso pasa cuando trabajas arduamente y tratas de correr con una cubeta y por error tropiezas con un trapo, bueno para que sigo aburriendo, pasa pasa.
Sin decir algo más la chica tomó sus utensilios, camino hacia su pequeña oficina, Ramses se acercó a ver un poco: muchas plantas por todos lados, macetas y pequeños funkos de todos tipos, uno que otro listón de colores tirado en el suelo, un pizarrón lleno de pendientes y la chica limpiaba la mesa con frenesí mientras murmurar cosas sola.
Ella levantó la vista y él salió corriendo. Lo que menos quería eran problemas, ya tenia bastante con la universidad y sus padres. Ahora recordaba la razón por la cual había ido ahí. Una cita con el psicólogo; su ansiedad y estrés cada vez atacaban más seguido, aún y con las tres consultas semanales de la doctora Amelia.
-Bueno Amelia me a contado un poco sobre tu caso, sin embargo, sabes que tengo que realizar mi propio diagnóstico. Las altas expectativas de tus padres te obligaron a tomar una carrera que no quieres.
El doctor Victoriano, como se había presentado, tomó una pequeña libreta y comenzó a escribir en ella mientras esperaba con atención a Ramses, algo en el le daba la confianza para hablar sin tener miedo a ser juzgado. Quizás era lo no habitual de la decoración en aquella oficina.
Una Guitarra Eléctrica Babilon Guitars Nighthawk-wr color Rojo estaba recargada en la esquina de la habitación, estantes con libros de psicología, religión y un puñado de revistas de música.
-Si, bueno...
El joven suspiro con pesadez y comenzó a hablar sin parar, el doctor de vez en cuando lo interrumpía para hacer alguna que otra pregunta.
-Nos vemos el miércoles.
Ambos asistieron y Ramses salió de aquella pequeña oficina sintiendo un peso menos en sus hombros.
Sus padres no sabían que el iba a aquellas consultas semanales, para ellos el asistía a reuniones con amigos que quizás lo alentaban a cosas ilegales. Que tan lejos de la realidad estaban.Sin querer levantar sospechas se asomo a la oficina de la chica green, después buscaría un mejor apodo que ponerle.
La joven sonreía con su compañera sobre algo mientras converzaban. Una mancha de tierra decoraban su mejilla, sobre la mesa descansaban veinte funkos del hombre araña, cada uno con una pequeña soculenta.
La compañera le señaló la puerta y la chica volteo, Ramses levantó la mano en señal de despedida y la joven lo imitó.
Hasta el miércoles.
Susurró mientras salia, con la esperanza de que ella le abriera la puerta la siguiente vez que fuera a ver a su psicólogo.

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Abril Acendrada (PRÓXIMAMENTE)
Novela JuvenilElla es Abril; alegre, vivas un huracán que desordena tu vida y la vuelve más divertida, sin embargo, recuerden que no todo es lo que parece. No la ames demasiado o ella acabara contigo. Solo es una cita con el psicólogo, ¿que tan mal puede ir?