Hola, mi nombre es Sara y tengo 15 años, soy una adolescente normal y corriente, soy de estatura media. Tengo los ojos de tono dorado, un pelo castaño y una piel bastante pálida. Tengo dos hermanos, uno de 12 llamado Álvaro y otro de 22 llamado Frank. Un día estaba jugando con mi hermano Álvaro, jugabamos a la Wii ya que le encantaba jugar y yo me divertía con el.
- Hermana, ¿que te parece si juegas a Zelda conmigo?- dijo con ilusión.
-Me parece bien.- dije yo
Me puse a jugar con mi hermano, cuando oímos que la puerta de la entrada se abría, fui a ver quien era. Cuando vi a mi hermano mayor en la entrada, fui corriendo a darle un abrazo. Hacia 3 meses que se había ido y solo venia de vez en cuando de visita.
Al poco tiempo llegó mi hermano Álvaro quien fue corriendo lo mas rápido que puedo para darle un abrazo.
***día siguiente***
Eran las 07:00 am tenia que levantarme para ir al instituto, allí tenia muchos amigos en quienes podía confiar para contar mis problemas.
-¡Buenos días!- me dijo Alicia con una sonrisa.
Alicia era mi mejor amiga de la infancia que siempre había estado a mi lado, en buenos y malos momentos.
-¡Buenos días!
-Sara esta tarde vamos a quedar para ir al parque ¿te vienes?
-No lo se, se lo tengo que preguntar a mis padres y ya sabes como son.
Os preguntareis por que no he dicho nada de mis padres pues bien, eran personas que solo se preocupaban por el trabajo, cuando llegaban a casa era como si no estuviese solo mi hermano pequeño.
-Esta bien, pero llámame si vas a venir.- dijo mientras se alejaba para ir a clase.
El día pasó rápido ya que yo estaba muy contenta por que hoy Frank estaría en casa para comer.
-Ya estoy en casa.-dije
-Hola Sara- dijo Frank
Mis padres como no, estaban en el trabajo como de costumbre. Lo que me extraño es que ese día llegaron mucho antes de su trabajo lo cual me extraño bastante.
-Papa, Mama, ¿que haceis aqui tan temprano?- dije
-Nada, tenemos que resolver un asunto y va ha venir una persona para hablar así que por eso estamos aquí.-dijo mi padre sin ganas de contestar, como si hubiese dicho algo que le molesto lo cual no me extrañaria ya que mis padres me odiaban.
Desde que tenia 5 años mis padres empezaron a decirme que no tenia que haber nacido y cosas así, al ser tan pequeña no le daba importancia pero conforme me fui haciendo mas mayor me iba dando cuenta de todo lo que hacían mis padres para librarse de mi. No me había ido de esa casa por el simple hecho que aun soy menor, pero tenia claro que en cuanto cumplirse los 18 me iría de allí.
***Esa tarde***
Esta en mi habitación escuchando música cuando se me vino a la cabeza bajar a merendar, a medida que llegaba a la cocina oí a mis padres hablar de que nos íbamos a mudar a Japón, por que a mi madre le habían ascendido.
-Yo no me pienso mover de aquí.- dije entrando en la cocina.
-Tu vendrás con nosotros ya que eres aun menor de edad, así que sube y haz tu maleta nos vamos mañana por la tarde.- dijo mi padre enfadado.
Subí a mi habitación y enseguida cogí el telefono para llamar a Alicia.
-¿Si?
-Alicia tengo que cortaré una cosa, me mudo mañana a Japón.
-Estas de broma, ¿verdad?- dijo con un hilo de voz.
-No, no lo estoy. Yo no me quiero ir pero al ser menor de edad no me queda otra opción.
Noté como empezaban a acumularse las lágrimas en mis ojos, no quería que saliesen pero me fue imposible contentas.
-Pero... y el instituto, tus amigos y todo. Tendrás que empezar de nuevo.
-Si, lo se. Pero no puedo hacer nada, así que, apartir de mañana por la mañana, dejare de hablar con vosotros para poder empezar de cero y así poder hacer nuevos amigos, esta claro que no me voy ha olvidar de vosotros, pero sera mejor para mi si no os hablo.- dije con un tono de voz que me hizo empezar a llorar.
-Sara no digas eso, nosotros no vamos a dejar de hablarte así que no te libras de nosotros tan fácilmente.- dijo llorando
-Si, pero quiero que sepas que me voy a cambiar de número por lo que os sera imposible hablar conmigo.
El día siguiente por la mañana ya íbamos de camino en el avion a Japón y por lo tanto a muestra nueva casa. Cogí mis maletas y subí a mi habitación que estaba al lado de la de Álvaro.
-Hermana no te ves bien.- me dijo preocupado.
-No te preocupes estoy bien. - obviamente era mentira, no me quería haber ido de España pero no tenia opción.
Estuve pensando en lo que le sobre ayer a Alicia, no tenia que haberle dicho eso, pero era mejor no hablar con ellos ¿no? Así no me pondría mal por haberme ido.
-Sara baja ahora mismo al comedor- la voz me mi madre me sacó de mis pensamientos.
-Ya voy.
Baje las escaleras despacio ya que no queria estar ni un segundo con mis padres. No los soportaba desprende todo les daba igual lo que me pasara.
-Arregla ahora nos vamos a tu nuevo instituto para entregar los papeles de tu ingreso.- dijo me padre.
Llego el primer día en mi nuevo instituto, observé como todas las miradas de los alumnos iban a mi y algunos murmullos como "que haces esta aquí" y cosas así, no les tome importancia ya que me daba igual lo que me dijeran.
*** Tarde ***
Baje a la cocina por algo para comer y vi a mis padres hablando con un hombre que tendría unos 30 años mas o menos rubio y musculoso.
-Drago, te hemos llamado por que queremos que nuestra hija se valla contigo para convertirse en asesina.- dijo mi madre.
-Señores estaré encantado de llevarme a vuestra hija pero primero necesito ella,¿ porque quieren que me la lleve a ella en lugar de uno de sus dos hijos? -dijo Drago.
-Por que ella nos da igual lo que le pase, nosotros solo queríamos chicos pero mira por donde salió una chica.- dijo mi padre.
-Ya veo entonces...¿Sara te vendrás mañana?
-Por supuesto.
