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Cuando era pequeña mi mamá me contaba una historia peculiar: Se trataba de que todos en nuestra mente tenemos nuestra memoria, ella  representaba la memoria como una casa, la casa de las memorias. Las personas que valoraba estaban en marcos de oro, mientras que las personas a las que aborrecia estaban en cuadros de madera y desgastados

Era una historia que podia entretener a un niño, y a mi me encantaba

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Secundaria privada Larcon

Aula A-2

-''Entonces, ¿quién de ustedes hizo tropezar a la bibliotecaria?''— Preguntó la maestra muy enojada, en esa clase era muy común problemas de este tipo, pero este problema era especialmente grave, ya que dicha bibliotecaria se había roto el tobillo por un graciosito y toda la clase estaba en la mira.

Ya que no había pruebas ni testigos, para salvarse de su situación, los alumnos optaron por culpar a quién no podía defenderse.

-''Yo creo que fue Danais.'' - Dijo una peli-blanca seria, tratando de parecer creíble. Muchas personas estaban de acuerdo con ella, ya que todos creían que era la solución más fácil para salir del problema.

La castaña mencionada no dijo nada, confiaba lo suficientemente en sus calificaciones y fachada de niña buena que nisiquiera se molestó en desacreditar las acusaciones de sus compañeros. Se limitó a quedarse sentada mientras observaba a los demás completamente indiferente.

La maestra ignoró absolutamente todas las acusaciones y regañó a toda la clase por el resto de la hora.

Al salir de clase después de una aburrida charla sobre el comportamiento académico, todos salieron a regañadientes dado a que tenían tarea extra.

La peli-blanca que había acusado a Danais en primer lugar estaba aún más irritada que sus demás compañeros. La castaña comenzó a caminar fríamente fuera del aula, y al verla tan distraída, la peli-blanca se escondió al lado del marco de la puerta.

Danais iba a pasar cuando vió el pie de dicha peli-blanca que buscaba hacerla tropezar. La castaña no se inmutó, y volteó de regreso al aula hacía la maestra.

-''Disculpe por molestarla,'' - Danais habló con voz invernal. - ''Haimi busca hacerme tropezar.'' - La mirada de la maestra se dirigió a Haimi en el marco de la puerta, que rápidamente salió corriendo murmurando millones de maldiciones e insultos hacía la castaña. La maestra suspiró pesadamente.

-''Sabes que no puedes dejar que sigan molestandote, todos los demás profesores dicen lo mismo.'' - La maestra habló con preocupación, aún no entendía porqué la de ojos naranjas era tan fría con los demás, pero tampoco se atrevió a preguntar.

-''Lo sé, lo siento.'' - Danais dijo, su tono se suavizó ligeramente. A la castaña claramente no le interesaba hacer amistades y esperaba que pronto sus compañeros se aburrieran de ella, tomara el tiempo que tomara.

-''No importa,'' - La maestra negó con la cabeza - ''no dudes en decirme si necesitas algo.''

La de ojos naranjas asintió y salió de la clase, valoraba la ayuda de los demás, incluso si era escasa. A penas puso un pie en el patio, un grupo de alumnos la jaló hacía otro lugar, la verdad no se sorprendió, esperaba algún tipo de venganza.

-''Pequeña mierda,'' - Habló uno de ellos. - ''¿sabes lo mal que nos haces ver con esa actitud estúpida?'' - La castaña no se inmutó.

-''Tienes la boca un poco sucia,'' - La de ojos naranjas desafió - ''¿acaso nadie te enseñó a lavarte los dientes o a cuidar tu lenguaje?'' - El chico reaccionó de mala manera.

-''¿Quieres que te demos una lección como la de la otra vez?'' - Ante la amenaza Danais no flaqueó, realmente no quería pelear.

-''Está bien, me rindo.''

- ''Muy tarde.'' - La castaña observó cómo la golpeaban una y otra vez con golpes imprecisos e increíblemente descuidados a la mirada de Danais. Había aprendido a ocultar sus sentimientos hacía mucho tiempo.

Si los golpeaba tal vez sería demasiado para ellos.

A los lejos pudo ver la sonrisa malvada de cierta peli-blanca.

Oh.

Enfermeria

-''¿Otra vez?''

-''Si''

-''Danaïs, me estoy aburriendo de esto, ya deja de meterte en problemas por todo.'' - La enfermera regañó.

-''Lo siento.''

-''Si si, como sea, te dare un tonico''

-''Gracias'' - Danais esperó tranquilamente que la enfermera le diera ese tónico, su mente volvía a los acontecimientos del día, no esperaba que todo pasara de una manera tan agresiva, pero tampoco podía hacer nada para cambiarlo.

Un rato después, la castaña simplemente se aburrió de esperar, miró a la enfermera cuidadosamente que estaba de espaldas preparando el tónico. Parecía estar muy concentrada en lo que hacía. La de ojos naranjas observó que la puerta estaba entreabierta.

Danais se deslizó cuidadosamente detrás de ella y jaló ligeramente la puerta antes de salir de la enfermería. Era obligación de ellos asegurarse que ningún alumno dejara la enfermería sin ser curado, pero a Danais no le importaba. Con una última mirada a la enfermera de cabello gris, cerró la puerta cuidadosamente dejándola entreabierta.

-''Va a regañarme por esto mañana.'' - La castaña pensó soltando un suspiro mientras negaba con la cabeza. Ya que su última clase había pasado hacía 15 minutos y podía irse, se dirigió hacía la salida de la escuela.

Danais salió de la escuela con un sentimiento extraño, sentía que la observaban. Después de cierto tiemoo observó cómo se acercaba rápidamente, justo cuando estaba detrás, la castaña se volteó y alzó su puño para golpear a quién sea quién la estuviera siguiendo.

La de ojos naranjas se detuvo al ver a Eilán, un compañero suyo que había estado tratando de hacerse su amigo, incluso si ella no estaba interesada.

-''Te vez terrible.'' - El peli-negro se rió suavemente, tratando de pacificar el ambiente.

-''Cómo sea.'' - La castaña no lo miró y siguió caminando. Notando que la seguía, volteó. - ''¿Que quieres?'' - Preguntó con un tono de irritación en su voz, había sido un día largo y no se sentía con el humor para hablar con su 'amigo'.

-''Quiero ser tu amigo.'' - Dijo el de ojos rojos.

-''Ya preguntaste eso, ya te dije que no estoy interesada.''

-''¿Por qué?'' - La castaña suspiró.

-''Está bien, seré tu amiga.'' - Danais no quería lidiar más con Eilán, simplemente lo permitió para que el peli-negro la dejara sola.

Eilán era de la realeza de la escuela, tal vez por eso la de ojos naranjas se sentía incómoda. Danais no lo sabía.

El de ojos rojos asintió suavemente, tal vez comprendiendo el hecho que no debía insistir más, pero también satisfecho con la respuesta. - ''Nos vemos mañana.''

Danais asintió y comenzó a caminar antes de parar de repente para voltearse. - ''Por cierto, dile a tu sanadora que deje de molestarme.'' - Sin decir una palabra más, Danais se fué.

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