Prólogo.

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El pasado

Sostuvo el delicado pañuelo de seda y lo deslizó por toda su frente, limpiando los restos de sangre de, a su parecer, una criatura repugnante: un titán. Solía frecuentar stuaciones en donde le era inevitable ensuciarse, dado a que era el capitán de la legión, y su tarea principal era lidiar con aquellas molestas e inquietantes bestias.

En la situación en particular en la que se encontraba cumplía con las órdenes del comandante, ya que el gobierno insistió en, como era habitual, realizar una expedición fuera de los muros, para comprobar de forma rutinaria si nuevas especies rondaban por la zona, o si algún humano había escapado intentando cometer suicidio.
Todo el escuadrón se había dividido por sectores, por ese motivo se encontraba con un grupo a cargo.
Por supuesto, tenía todo bajo control, ya que era una zona cercana a la muralla, donde los titanes no ponían particular atención.

Guardó el pañuelo ensangrentado en uno de sus bolsillos, y posteriormente se acomodó el que colgaba en su cuello.
Haciendo uso de sus cinco sentidos, se mantenía alerta, mirando hacia el horizonte. De forma repentina oyó un sonido metálico, como un gancho, y lo miró. Este se clavó en la rama gruesa del árbol en donde estaba situado, y en un parpadeo, el responsable aterrizó a una distancia cercana de su cuerpo, con el equipo de maniobras. Recuperó su postura normal tras haber utilizado aquellos largos y negros pistones. Levi, el capitán, reconoció su figura imponente al instante. Le restó importancia, y volvió a mirar hacia el frente;esperando ver alguna novedad o anomalía.

La profunda voz del primero al mando, el comandante, envuelta en seriedad, no tardó en presentarse.

-Levi. -Llamó su atención, resonando como eco debido a los árboles. Guardó sus espadas en las ranuras de su equipo, notando como el mencionado se hayaba tan concentrado que ni siquiera fue capaz de mirarlo.- La zona está despejada. Nos iremos en cuanto Hange dé la señal. -Le comentó la situación, refiriéndose a la señal de humo verdecina, que significaba que los planes triunfaron.

-Entendido. -Respondió consciso, terminando la conversación, porque no había nada más que agregar. Sin embargo, confuso, se percató de que el rubio no se alejó. Ese comportamiento no era usual, por lo que prefirió indagar al respecto.- ¿La misión tuvo éxito? -se atrevió a preguntar, indiferente.

En cada exploración era inevitable regresar con un número considerable de fallecidos, y por más impotencia que sintiera, no era posible evitarlo.
La mayoría de veces prefería evitar ver como las vidas se desvanecían en vano, y por ello entendía que Erwin guardaba en lo más profundo de su ser esa información.

-Todo salió de acuerdo a lo planeado...-Respondió, casi en un susurro.

El azabache se limitó a responderle con una afirmación, porque, nuevamente, no había nada más que agregar.
Se acomodó su capa, y caminó hacia el borde de la rama, con el fin de lanzarse de ella, y bajar hacia la superficie con los demás. Cuando se dispuso a tomar su equipo 3D para presionar el gatillo, un jalón en su brazo hizo que volteara. Empuñó su espada hacia dicha dirección, de forma precisa, y se encontró con que no había ningún titán allí. Miró hacia cada rincón, y luego al sujeto, quien estableció contacto visual. Avanzó hacia él, esperando una explicación de su parte. Erwin presionó su muñeca hacia abajo, dándole a entender que guardara el arma. Lo dudó, pero lentamente guardó su espada en las ranuras de su equipo.

-....¿qué? -Preguntó extrañado. Algo le pasaba. Lo conocía demasiado bien.

-Hay algo que quiero decirle, que no se relaciona a la expedición. -Miró al receptor fijamente, como si penetrara su alma. No recibió ninguna respuesta, solo su atención contínua.

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⏰ Última actualización: Aug 28, 2022 ⏰

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❝ 𝑇𝑢 𝑟𝑒𝑠𝑝𝑢𝑒𝑠𝑡𝑎 ❞ [ERURI] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora