El Valle del Fin se alzaba majestuoso bajo el cielo teñido de tonos anaranjados. Los rostros imponentes de Madara Uchiha y Hashirama Senju, esculpidos en piedra, observaban como testigos silenciosos la escena que se desarrollaba sobre ellos. Dos figuras se enfrentaban, una sobre cada monumento, ambas al borde del colapso, sus cuerpos marcados por heridas y fatiga.
La guerra había terminado, pero su batalla aún no. Naruto Uzumaki y Sasuke Uchiha se miraban con fiereza, con esa intensidad abrasadora que solo los verdaderos rivales comparten. En sus manos, el chakra restante se condensaba, formando sus técnicas más emblemáticas. El Rasengan giraba con fuerza en la palma de Naruto, mientras el Chidori de Sasuke emitía su característico zumbido eléctrico, destellos azules danzando entre sus dedos. Esta sería la última carga, el golpe decisivo que determinaría quién llevaría las riendas del futuro de las Naciones Elementales.
Ambos respiraban con dificultad. El dolor era insoportable, pero sus cuerpos se negaban a ceder. Sus pies se impulsaron al mismo tiempo, lanzándose con una velocidad cegadora, sus ataques chocando en un estallido de luz y poder. Pero, justo cuando la colisión debía sellar su destino, algo ocurrió.
El aire pareció rasgarse con un sonido desgarrador. Una brecha luminosa se abrió entre ellos, un vacío pulsante rodeado de relámpagos multicolores que crepitaban con una energía indescriptible. La grieta parecía absorber el propio espacio a su alrededor, expandiéndose con una fuerza arrolladora. Naruto reaccionó a tiempo, dando un salto hacia atrás para evitarla, pero Sasuke no tuvo la misma suerte.
Antes de que pudiera comprender lo que estaba ocurriendo, un torbellino de energía lo envolvió por completo. Sintió cómo su cuerpo era jalado sin piedad, su piel erizándose con una sensación que no podía describir, como si su propia existencia estuviera siendo distorsionada. Por un instante, pudo ver el rostro de Naruto, su expresión de horror congelada en el tiempo, y luego... todo desapareció.
El silencio fue absoluto.
Por un momento, Sasuke creyó que había dejado de existir. Pero entonces, la nada comenzó a tomar forma a su alrededor. No había cielo ni tierra, no había arriba ni abajo. Caía sin fin en un abismo infinito de luces, su cuerpo atrapado en una corriente que lo arrastraba sin rumbo. Los colores danzaban en formas imposibles a su alrededor, serpenteando como si tuvieran vida propia, distorsionando la realidad a cada instante. Su cuerpo parecía desintegrarse y reconstruirse a la vez, como si estuviera siendo despojado de su ser y al mismo tiempo reconfigurado por fuerzas que escapaban a su entendimiento.
No era teletransportación. No era un jutsu. No era algo que ningún ninja hubiera experimentado jamás. El dolor era insoportable, como si cada célula de su cuerpo estuviera siendo triturada y rearmada una y otra vez. Trató de moverse, de luchar contra la corriente, pero no había nada que pudiera hacer. Estaba completamente a merced de ese vacío, atrapado en un limbo donde el tiempo no tenía significado.
Un último resplandor cegador explotó ante sus ojos. Sintió que su cuerpo era lanzado con una velocidad inhumana, su conciencia tambaleándose al borde del colapso, y luego...
Oscuridad.
El aire era denso, pesado, con un olor extraño que no lograba reconocer. Sus párpados se abrieron con dificultad y lo primero que vio fue la tenue luz amarillenta de un farol solitario, proyectando sombras largas sobre los muros de un callejón húmedo y estrecho. Sus oídos captaban sonidos desconocidos en la distancia, un murmullo constante, ininterrumpido, una mezcla de ecos metálicos y voces que no lograba identificar.
Intentó moverse, pero su cuerpo no respondía. Cada músculo le dolía como si hubiera sido aplastado por una avalancha. Se sentía mareado, con náuseas, su respiración entrecortada. Con gran esfuerzo, logró girar ligeramente la cabeza. Su vista borrosa distinguió un cartel oxidado colgado en una de las paredes de ladrillo:

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Un Uchiha En Harry Potter (reescribiendo)
RomanceEn la batalla final entre Sasuke y Naruto gracias a la colisión de sus ataques se crea una portal dimensional por el cual Sasuke es transportado al mundo de Harry Potter con la apariencia de un niño de 11 años, pero su vida se complica aún más cuand...