˚Blush˚ 🥀︴Hyunlix〢

∘˙8★˚∘

—Buenos tardes señora Lee.

—¿Cuando será el día en el que dejes de ser tan formal? —Sonrió y se hizo a un lado. -Felix esta en su habitación.

—Gracias. —Corrió rápidamente al lugar, encontrándose al rubio en su cama, viendo televisión, con un parche en el ojo morado. Intentó reprimir una risita pero no pudo.

—No te rías, es su culpa. —Cruzó los brazos.

—¿Que? ¿Por que?

—Por ser un idiota.

Hyunjin volvió a reír y se acerco a felix. —Traje chocolates, malvaviscos, gomitas de ositos y helado de fresa.

Felix no pudo evitar sonreír ampliamente, con un brillo en sus ojos. —Oye me dieron una paliza, no estoy agonizando.

—¡Hyunjin! ¿Puedes venir un momento por favor? —Grito la señora Lee desde la cocina.

—Ya vuelvo, Lix. —Se dirigió a la cocina donde ayudó a preparar la comida.

Estaba rayando las verduras en silenció, hasta que la mayor hablo:

—Felix me contó que gustas de el. —El castaño casi se rebana el dedo al escuchar eso. Su rostro se enrojeció rápidamente.

—B-bueno, pues...

—Tranquilo, no pasa nada, sinceramente ya me lo esperaba —Río y Hyunjin sintió como sus orejas se calentaban. —No puedo asegurarte nada, sabes que Felix es muy obstinado en ese tima, es por su padre.

—Ah... Por eso.

—Pero se que deberías intentar un poco más con Felix, tal ves así este más seguro de que siente.

—Bueno, no haré algo que el no quiera.

—Pero el si que lo quiere

—¿¡Qué!?

—Felix siempre dice que no, pero te come con la mirada.

—P-pero.

—Ay, solo bésalo y ya.

El resto de la tarde se resume en sonrojos y tartamudeos de parte de Hyunjin por las cosas que decía la madre de Felix. Cuando terminaron de preparar la comida, Hyunjin llevó un bandeja a la habitación del rubio.

—Lixi, preparamos japchae y- —Se cortó a si mismo cuando vio a Felix dormido sobre su cama con los sabios entre abiertos. Su sudadera estaba un poco alzada, dejando ver su abdomen, su mano derecha colgada en el colchón mientras la zurda descansaba sobre su suave barriguita.

El castaño sonrió y se acerco al rubio, levanto ambas manos con cuidado, colocándolas sobre el colchón. Pasó las yemas de sus dedos delicadamente por la delicada barriguita del contrario.

—Eres tan adorable. —Río suave y se acercó su rostro a la piel descubierta, dejando un beso sobre la pancita de Felix seguido de cubrirla con la sudadera, para después despertar al rubio.