Todo estaba oscuro, frío y oscuro, no había nadie, estaba sola.
Lograba escuchar distintas voces, en mi cabeza, tan una por encima de la otra que hacia imposible distinguir alguna simple frase o palabra.
El constante sonido de las gotas que caían desde alguna parte al suelo, no mejoraban la situación, ni mi dolor de cabeza, que aumentaba considerablemente a cada segundo que pasaba.
Yo, como una niña pequeña pérdida en el supermercado, estaba empezando a ponerme nerviosa, el pánico ya se había apoderado de mi. Mi mente ya estaba imaginando las mil formas en las que podía morir, era incluso peor que una niña en el supermercado, por lo menos, la niña sabía donde se encontraba, yo no.
El sonido de lo que suponía que era una puerta abriéndose seguida de unos zapatos siendo arrastrados pesadamente a cada paso, interrumpió a mis muy ya desquiciados pensamientos.
-¿Quien e-eres?- mi voz no sonó nada fiable ni segura, estaba muy asustada y no entendía nada.
Nadie respondió a mi pregunta, tanta intriga estaba ayudando a que mi ira saliera a flote sobre todas esas inseguridades. Los pasos se acercaban a mi con una lentitud completamente exasperante.
-Dime quien eres.- conseguí exigir con más seguridad de la que podía admitir.
-¿Acaso eso importa ya? - una voz aterradoramente áspera, fria y ronca, rebotó haciendo eco contra las paredes de lo que por fin supe que era una sala bastante amplia.
-A mi si que me importa.- mi pose de chica dura volvió a salir a la luz des de donde quiera que se hubiera escondido, menos mal.
-Y la curiosidad mató al gato...- la voz esta vez sonó más cerca, haciendo que un pequeño escalofrío recorriera toda mi espina dorsal.
-Dime quien eres de una vez.- volví a repetir con odio.
-No preguntes quien, aprende a formular las preguntas adecuadas, y pregunta que.- la figura ya estaba detenida ante mi, pero no lograba distinguir ningún rasgo familiar,ni siquiera un rasgo, sólo veía una sombra.
-Está bien. ¿Que eres?- volví a formular la pregunta consiguiendo ocultar todo el miedo que sentía, me sorprendí a mi misma.
-Vas aprendiendo.-suspiró pesadamente haciendo una larga pausa.- Digamos que soy tu peor pesadilla, tu final, lo que te llevará hasta el final.
De la nada aparecieron dos tenues luces violetas, que parecían hacer de sus ojos.
En mi garganta se formó un nudo que me impidió hablar, ni hacer ningún comentario frente a esa siniestra declaración.
El miedo recorrió todo mi cuerpo como un tsunami, tan fuerte e inesperado.
En unos segundos una voz lejana repetía en susurros una y otra vez una única palabra, un nombre.
-Cara, Cara, Cara...- esa voz tan familiar cada vez se hacía más fuerte y clara.
Y de repente ya no me encontraba en esa sala oscura y siniestra, no tenía esa escalofriante sombra delante de mi. Me encontraba en mi habitación del nuevo internado al que asistiría durante todo el próximo año, con mi mejor amigo Jack al lado sacudiéndome e intentando tranquilizarme.
En ese preciso instante me di cuenta de que estaba gritando, y unas cuantas gotas de sudor bajaban desperdigadas por mi frente. Sólo había sido una pesadilla, el mismo sueño sé llevaba reproduciendo cada noche en mi mente desde hacía ya un par de semanas.
Llevaba desde pequeña pudiendo ver a personas que realmente no estaban aquí, que habían muerto pero no habían podido "encontrar la paz" que en mi opinión, era ir al infierno, todos vamos allí.
Ver a los muertos me había supuesto 13 años de visitas a psicólogos, hasta que aprendí a ocultarlo y no decir nada a nadie. Pero esta infrecuente capacidad también me suponía ventajas, por ejemplo, poder hablar con Jack.
Jack Morrison era mi mejor amigo de toda la vida, pero un trágico accidente de coche hizo que muriera cuando apenas teníamos 13 años. Sin embargo yo no sentí su pérdida, porqué por alguna razón, el no fue a él infierno y seguía conmigo como si nunca se hubiera ido, siempre a mi lado.
Pero yo no sólo veía muertos, también los escuchaba sin verlos, mi cabeza era un constante ir y venir de susurros.
Estar atentos a mi historia.
Heey! os introduzco un poco en la historia con este corto prólogo.
Perdón por las faltas. Espero que os guste!Ah y no critiquéis mucho mi mala manera de escribir o llamare a Peeta para que os lance un pan.
MAIN.
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Dark Voices.
Science FictionCada vez que cerraba los ojos la veía, una sombra oscura perforandome con lo que se suponía que eran sus ojos violetas. Jack, mi amigo muerto, llevaba semanas intentando convencerme de que no había nada por lo que preocuparme. Pero Jack estaba equiv...