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Cuatro

-Te faltó tener compasión -Oí una vez más la voz de mi guía -estabas tan disgustados con ellos que los culpabas de todo lo que te pasaba, que no podías, siquiera pensar en todo lo bueno que te daban.

Cuando aceptas que eres libre, que eres el único de que tu vida marche mejor, te das cuenta de que todos hacemos lo mismo y no tienes más remedio  que tener compasión por los demás y no me refiero a sentir compasión entendida como lástima sino, como ponerte en los zapatos de otros y tratar de entender sus motivos.

Cuando dejas de culpar a los demás de lo que te pasa, recuperas todo tu poder. Piensa en esto: si tu eres el responsable de tu vida,en ti están todas las respuestas que necesitas.

-Lo entendí demasiado tarde 

-Tu padre tiene razón, nadie tiene la vida asegurada, en realidad, no tenemos tiempo que perder. El amor que no des hoy no lo darás nunca sino expresas tu cariño a tus seres queridos hoy, mañana puede ser demasiado tarde 

-Hoy es demasiado tarde

-Sé fuerte 

La puerta se abrió y entró Sakura

-Siento mucho molestarlos pero la hora de visitas terminó-Les comentó a mis padres.

-No, señorita un ratito más, por favor- suplicó mi madre 

-Lo siento señora, las reglas son muy estrictas a este respecto 

-Vamos mi amor, mañana volveremos- le dijo mi padre mientras la ayudaba a levantarse y ambos se encaminaron a la puerta.

-Señorita, disculpe ¿Cuánto tardará en despertar?-preguntó mi madre.

-Señora, ya hicimos lo mejor que pudimos. Ahora, todo está en manos de la vida. Como puede reaccionar un día, puede que no reaccione jamás.

Mi madre recibió esta noticia como una cubetada de agua fría.Supongo que, ingenuamente pensaba que todo estaría bien en cualquier momento.

Mi padre volvió a abrazarla fuerte y a ayudó a salir de la habitación, sus piernas apenas la sostenían. La puerta se cerró tras ellos.

Sakura volvió hacia mí y dijo- Pobres, la vida está llena de cosas difíciles y no podemos más que afrontarlas. Pareció muy cruel lo que les dije pero pienso que sería más cruel llenarlos de falsas esperanzas. 

-Tal vez tenga razón- pensé para mis adentros

Esta vez, estuvo muy callada, simplemente cambió el suero, se sentó junto a mí por unos momentos y salió de la habitación sin despedirse.

-Dios mío, ayuda a mis padres, ya no te pido por mí, haz de mí lo que quieras, pero... por favor, dales fuerza para salir adelante.

  


CONTINUARÁ

BUENO MIS LECTORES DESPUÉS DE TANTO TRAIGO LA ÚLTIMA PARTE DEL CAPÍTULO 4 EN FIN NO SE LES OLVIDE VOTAR QWQ EN FIN GRACIAS POR LEER <3~


El esclavoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora