Tres días más tarde
El jefe Sinth se presentó en la oficina para fichar, pero en cuanto llegó se encontró a Run y otros dos policías esperándolo allí.
—¡Ah, Run! ¿Por qué no me avisaste de que venías? ¿Llevas mucho tiempo esperando?
—¿Llamarte para qué? Sería una pérdida de dinero. Sabía que llegarías puntual.
—¿Qué ha pasado para que te presentes aquí con dos policías?
—Ya sé quién envenenó a los animales salvajes y también tengo una orden de arresto—respondió el teniente mostrándole el sobre que contenía la orden.
—¿Quién es?
—Es Ched, uno de los hombres de Mhay, el jefe del subdistrito.
—¿El jefe del subdistrito?
***
Más tarde, un coche de policía y otro de la Unidad de Guardabosques del Bosque Chodchasi aparcaron frente a la casa del jefe de subdistrito. Del vehículo salieron Run con los dos oficiales de policía, el jefe Sinth y sus hombres. Todos entraron en la casa al mismo tiempo.
—¡Jefe Sinth, teniente Run! Es un honor recibirlos en mi casa, pero ¿por qué han traído tanta gente con ustedes? —dijo Mhay, la persona más influyente de la provincia, a modo de saludo.
El hombre había salido a recibirlos flanqueado por sus hombres a derecha e izquierda, y detrás de él Mack, su hijo, que lo había seguido para ver a las personas que acababan de llegar. Los oficiales se detuvieron y todos se miraron, sin ápice de miedo.
—Lamento haberme presentado aquí sin previo aviso.
—Está bien, Run. Todos somos gente amable, ¿no es así, jefe Sinth?
Sinth sonrió, pero no respondió. Mhay, que todavía no conocía el propósito de la llegada de los oficiales, se mostraba amable y hablaba como si no sucediese nada.
—Estamos aquí para llevarnos a Cherd. ¿Puede llamarlo, por favor? —dijo Run en voz baja.
—¿Has venido para llevártelo? ¿Por qué? ¿Qué ha hecho?
—Envenenó animales salvajes y tomó partes de sus cuerpos para venderlos, además de otros muchos delitos anteriores—respondió Sinth.
El jefe del subdistrito palideció, pero aun así respondió.
—Creo que hay un malentendido. Cherd me ha servido durante mucho tiempo. Es imposible que haya hecho eso.
—En este caso, los oficiales tienen testigos y pruebas que demuestran los hechos. Si usted lo protege, también podría meterse en problemas.
Pese a la expresión demudada del jefe del subdistrito, su corazón rugía. Pero, a pesar de sus sentimientos, mantuvo la cabeza gacha, asintió y ordenó a sus subordinados que fuesen a buscar a Cherd.
Menos de cinco minutos después, los subordinados de Mhay llegaron con Cherd y la policía lo esposó inmediatamente.
—Por favor, jefe, ayúdeme. No iré con ellos. No hice nada. ¿Por qué me arrestan? ¿Qué evidencia tienen?
—Hay pruebas de tus delitos. Los oficiales encontraron la botella del pesticida que rociaste en el follaje del bosque. El código de barras es el mismo que el compraste en la tienda de agroquímica del pueblo y también tenemos la copia del recibo. Además, las cámaras de seguridad te grabaron en el momento de la compra. No te resistas, Ched.
Tras escuchar las palabras del teniente Run, el hombre se mostró atónito y fingió estar enojado, pero al girarse se encontró con la mirada feroz de su jefe.
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The Forest of Love (español)
Romance¿Puede el azar ser tan caprichoso como para unir a dos personas en un momento de peligro extremo y separarlas después? Cholatharn -Chol- un estudiante de veterinaria de tercer año va a trabajar durante las vacaciones a una reserva forestal con un eq...