Keeping Lily

1

LUCIFER

"¡Otro hijo de puta!" Sale de mi boca en un gruñido mientras sacudo mi mano.El golpe en la mandíbula de este pedazo de mierda envió sensaciones de hormigueo por mi brazo.
Mickey Dalton balbucea galimatías de sus labios rotos. "Yo... yo... lo juro pagaré... solo tengo que..." Estoy tentado a seguir así, pero a la mierda. Tengo peces más grandes para freír que este maldito jugador de poca monta. Mirando por encima del hombro del hombre, asiento con la cabeza a Andrew. "Asegúrate de que entienda cuánto debe. Quítale el dedo meñique". "Sí, señor." Andrew asiente. "¡Qué... No!" Mickey grita mientras Andrew se dirige a la mesa donde mantiene una bolsa negra guardada.Me doy la vuelta y miro a Simon, mi mano derecha.
"¿Cómo estamos con los otros tres archivos?"
"Se han recogido dos, el último esta esperando su juicio."
''Marshall Dawson.''
"Se ha negado rotundamente a cooperar con cualquiera de nuestros intentos de cobrar.Él cree que su estado es intocable. Él no nos dará respuesta sobre dónde estaba o qué ha pasado con nuestro dinero".
"¿Está finalmente en casa?" -Pregunto-

''Llega mas temprano esta noche''

Un grito agudo sale detrás de mi justo después de un golpe metálico resuena en la habitación. Me giro para ver a Andrew limpiándose la sangre en la camiseta de chico. Andrew levanta la voz solo un poco mientras agarra al hombre por la garganta.
"Deja de chillar, gilipollas. A Lucifer no le gusta escuchar cerdos jodiendo."
Saliendo por la puerta y en el pasillo, miro a Simon.
''¿Cómo van las hojas de calculo con Bart?''
"Limpio, con todo contabilizado..."
"Sin embargo, ¿todavía tienes dudas?" le pregunto mientras caminamos.
"Lo hago. Simplemente no puedo explicar por qué...".
"Mantén un ojo en él entonces".

Simon pone un paraguas sobre mi cabeza mientras salimos del hotel abandonado. La puerta de vidrio destrozada se cierra de golpe detrás de nosotros mientras él me hace entrar al elegante Mercedes GLS63 SUV negro. Poniéndome cómodo en el asiento trasero, me acerco y jalo el archivo de la izquierda en el otro asiento. El nombre Marshall Dawson está claramente escrito en la pestaña. Dejé escapar un suspiro silencioso para mí mismo.
Sabía que este iba a volver como una espina en mi costado. Marshall Dawson es un desperdicio de aire respirable. El hombre usó las conexiones que tenía con mi padre y otro jefe de la ciudad para asegurar un préstamo de nosotros.

 Cinco millones en efectivo.
Cinco jodidos millones de dólares sin nada que mostrar.
Cinco jodidos millones de dólares tirados por el desagüe.
Tomé esto como un favor a Sean O' Riley. Un favor a un hombre ahora muerto y enterrado. 

Mierda como esa no me sienta bien. Pero cuando fui a la cima para buscar retribución, yo estaba bloqueado.
Me dijeron que el hombre que mató a Sean y los problemas circulantes han sido tratados. A la mierda eso. Quiero mi pedazo de carne.Sacudiendo la cabeza, abro el archivo. De nada sirve bajar en ese tren de pensamiento ahora mismo. Puedo buscarlo en otro momento si es necesario. Hojeo lentamente las páginas que tenemos sobre Marshall.

Es gracioso cómo podemos juntar un archivo sobre una persona reducido a unas veinte páginas. Puedo ver cada pago que ha hecho en su hipoteca, cuantas veces ha estado en descubierto con su banco. Miro sus deudas legales pendientes y miro los cinco millones de dólares deuda que ahora me debe personalmente. La ira se está arrastrando lentamente a través de mis venas. Hojeando las páginas, miro su vida familiar. Desde que tomó prestado el dinero he hecho que uno de mis hombres vigile de cerca a su familia. Él está casado con Lilith Merriweather, de veintisiete años, y tiene dos hijos, un niño y una niña. Ambos niños menores de siete años. Miro la foto de Marshall durante mucho tiempo mientras conducimos por la calle con lluvia nocturna. El hombre está más cerca de la edad de mi padre que de la mía. Cómo él puede estar casado con una mujer tan joven, significa, que ese dinero y su baboso encanto jugaron un papel importante para ella. Miro rápidamente las fotos de su familia. Los niños son bonitosde una manera infantil. Pelo rubio y ojos azules, deben parecerse a su madre.
Marshall debe haberse casado fuera de su liga.
Mis dedos se detienen cuando aparece la foto de su esposa. Ojos color esmeralda, sensuales labios rosados, pómulos altos, piel pálida impecable y largo pelo rubio.
Todas esas partes por sí solas la harían notable.
Incluso si su cara fuera en general sencilla, solo una de sus características aturdirían a una persona.
Pero juntos hacen algo de otro mundo.

Ella es la belleza encarnada.

Con los dedos trazando las líneas de sus labios, frunzo el ceño. ¿Cómo diablos ese hombre pudo casarse con una mujer así?
Hojeo más a través de las fotos de ella. No son muchas, pero lo que veo me muestra que ella es diferente a cualquier otra mujer en la que alguna vez le he puesto los ojos.

Ella es la perfección.

Hay una foto bastante clara de ella poniendo comestibles en la parte trasera de su camioneta Volvo roja. Su pelo está por todas partes. Sus piernas delgadas están envuelto en pantalones de yoga y sus pies en botines. Su hija parece estar dándole problemas, trata de vigilarla y poner las compras en la parte de atrás.
Incluso esto... la domesticidad me llama.
Hay una toma glamorosa de algún tipo de mezcla y puedo ver lo inquietantes que son esos ojos.
Me están llamando, atrayéndome para perderme para siempre.
Puedo sentir mis manos enroscándose en sí mismas.
Ella me está tirando de donde estoy sentado en la camioneta.

''Llévame a donde Marshall, James.'' Le digo a mi chofer. Mirándome desde el asiento delantero, Simon dice: "Ahora? no quieres esperar hasta mañana?''
"No. Vamos allí ahora.''
El automóvil da algunas vueltas cuando salimos de la autopista y luego regresamos otra vez.
Mis ojos se desvían por la ventana por un momento para mirar la lluvia que ha estado cayendo sobre la ciudad toda la semana. Sin embargo, mirando hacia atrás a la imagen, veo algo que no había visto antes—una luz. En mi interior siento una brasa que se enciende. Mis músculos se tensan con la expectativa.
Necesito ver a esta mujer; Necesito ver si lo que me muestran las fotos es real.

☆...☆...☆...☆...☆...☆...☆...☆...☆...☆...☆...

L I L Y 

Mi esposo, Marshall, está durmiendo a mi lado, ronca ruidosamente, y tengo un impulso inigualable de golpearlo.
Quiero gritar en su cara pálida y regordeta.
Quiero decirle que se levante, joder. Quiero preguntarle por qué está de vuelta en mi cama. Pero en cambio me acosté a su lado y miré hacia el techo.
Es hora de aceptar la realidad.
Nuestro matrimonio está hecho.
Muerto.
Hoy fue el último clavo en el ataúd.
A primera hora de la mañana, después de llevar a los niños a la escuela, voy a reunirme con un abogado de divorcio. No puedo seguir así.
Esta no es manera de vivir, esto es sólo... existir
Y estoy harta de eso.Marshall se ha ido por semanas, viajando por negocios. El se va más de lo que está en casa.
Desde que nuestro primer hijo, Adam, nació hace seis años, ha estado encontrando más y más razones para dejarnos.
Siempre hay algún cliente en la otra costa que necesita su ayuda. O alguna corporación en el norte que tiene que tener su experiencia o van a perder millones en... algo...

Es gracioso, incluso después de casi ocho años de matrimonio todavía no sé exactamente cuál es su título de trabajo o verdadera profesión. Siempre que le pregunto al respectosimplemente me ignora, no tiene tiempo para explicarlo o dice que no lo haría comprender.
Como si fuera una especie de idiota.
Si fuera una idiota, no sabría sobre todas las mujeres que se he estado revolcando. Sé que esa es una de las razones por las que siempre nos deja.

Tiene una novia en cada ciudad.
Sin embargo, ni siquiera me toca cuando me lanzo sobre él.
Suspiro, mirando el camisón rojo que compré en Victoria's Secret y tiro de la manta para cubrir mis pechos.
Ni siquiera me toca cuando me he esforzado mucho en vestirme para él...
De repente siento los ojos hinchados y me pica la nariz.
Tengo que parpadear para contener mis lágrimas y respiro hondo. Volviendo a poner los ojos en blanco, me concentro en el techo.
Esto no debería doler, maldita sea. Esto no es algo malo, esto es bueno.

Esto es.... libertad

Ya no tengo que fingir que este es un matrimonio real.
No más mantener las apariencias en Facebook.
No más excusas para él con mis familiares y amigos.
No más tratar de explicarles a los niños que papá lo siente pero que tenía perderse su cumpleaños—otra vez.
Este es un nuevo comienzo, una nueva vida.
He estado haciendo todo por mi cuenta durante años. Perderlo no marcar una gran diferencia.
Marshall de repente gruñe en voz alta y se da la vuelta.
El aire se vuelve agrio y resisto las ganas de vomitar.
Gah, es un cerdo.