Uno: hola al viejo yo

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Manjiro abrió los ojos al sentir la brisa fría tocar su piel poco a poco se reincorporo y se dio cuenta que estaba en el pequeño bosque que rodeaba el templo, aún sin tener una pista concreta sabía que su deseo se había cumplido así que debía poner su plan en marcha, lo primero que hizo fue ocultar el arma que aún sostenía así que aprovechando un árbol hueco metió el arma ahí y lleno el hoyo con tierra y hojas secas.

Comenzó a caminar hasta estar ya lejos del templo se abrazo a si mismo pues el frío estaba calando su piel enserio que no recordaba que la ciudad se pusiera tan fría, caminaba sin un rumbo fijo solo concentrado en su alrededor viendo lugares que con el paso del tiempo cerraron o demolieron así que no se dio cuenta que mientras cruzaba la calle el semáforo estaba en verde hasta que una luz lo alcanzó y un ruido la saco de su ensoñación haciéndolo caer.


- Señor, ¿Se encuentra bien? - una voz conocida se hizo presente mientras la moto paraba y el chico se acercaba a él

- Kenchin - susurro bajo, no es que no lo haya visto antes en su tiempo pero volverlo a ver así con ese look con el cabello rubio y la trenza además de ese haori y la mirada sin lastima o rencor en ella

- Disculpe, ¿Dijo algo? - ahí se dio cuenta que al parecer no lo dijo en un volumen bajo

- Yo ... dije que quien eres - dijo aunque más pregunta parecía una autoafirmación para convencerse a él mismo

- Soy Ken Ryuguji - el chico sonrió y le estiró la mano - venga lo voy a ayudar

- Si - sin dudar estiró la mano tomando la del menor y sintió un olvidado calor que lo hizo abrazar al chico cuando estuvo de pie en verdad que extrañaba esa sensación

- Seño enserio ¿Está bien? - el chico pregunto algo aturdido por la actitud del extraño señor de baja estatura y cabellera plateada

- Es que estoy perdido - susurro en voz baja aunque enserio se sentía como un niño asustado


Ken solo asintió y lo ayudo a subirse a la moto diciéndole que lo llevaría a un lugar, ese lugar termino siendo el burdel dónde sabía que vivía Ken pero aún así se dejó guiar por el joven rubio hasta llevarlo a un cuarto que a pesar del tiempo recordaba bien, el lugar estampado de afiches de motocicletas y algunas fotos de el con sus amigos además de tener un pequeño montículo de revistas de mecánica y mangas, sonrió con nostalgia y se sentó en la cama mientras que el joven que alguna vez fue su corazón buscaba algo entre su ropa para luego extender una camiseta negra.


- No sé qué talla sea pero creo que mi camisa le quedará bien - Manjiro tomo la prenda

- Gracias

Sin esperar más tiempo se comenzó a retirar la ropa dejando al joven sorprendido pues estaba demasiado delgado a tal nivel que veía las costillas y vértebras marcadas además de eso vio dos tatuajes uno que parecía una pieza de hanafuda mientras que en las costillas tenía marcado un dragón muy similar al de el. Por su parte Manjiro solo se concentraba en el aroma que la prenda soltaba cuántas veces soñó con volver a percibir tan embriagadora y cálida fragancia.


- Señor, puedo preguntarle algo - el peli plateado solo soltó un "mhm" para dar a entender su afirmación - ¿Cómo se llama? Y ¿Por qué estaba en las calles?

- Yo me llamo Ma... - se callo un momento antes de decir algo más y comenzó a pensar necesitaba un nombre falso... una historia falsa, se quedó callado un momento para luego hablar - Masaki Smith soy mitad japonés y me vine a vivir aquí por mi pareja pero el ... el no era bueno


Ken asintió podría entenderlo un poco ya que algunas de las chicas del burdel salieron de muchas relaciones dañinas, el enserio no entendía como había gente tan loca como para lastimar a la persona que amas.


- En ese caso no creo que haya problema de que esté aquí, incluso mañana puede hablar con el dueño así le podría dar un pequeño trabajo - sin desearlo y creyendo que ya no podía hacerlo sonrió ampliamente al joven rubio

- Eres un buen chico - Ken volteo la cara pues por alguna razón la sonrisa que de hecho se le hacía conocida lo hizo sonrojarse

- Será mejor que durmamos, espero que no le moleste que compartamos cama - decía el chico mientras se colocaba la pijama, Manjiro negó, al ya estar listo se acostó en la cama en lo que designó como su lado ya que el otro por lo general lo usaba Mikey cuando venía - que descanses Masaki-san

- Descansa Ken - se tuvo que morder la lengua antes de soltar el "chin" que el solía decirle

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