A tu lado.

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De un momento a otro los besos fueron aumentando de nível y de intensidad y los cuerpos de ambos empezaron a calentarse, a ser más concientes de lo que estaban haciendo y de como iba a terminar. Entonces poco a poco la ropa fue cayendo al suelo luego de que cada uno se encargará de ayudar al otro a quitarsela. Sin embargo, el azabache podía sentir que el rubio no estaba del todo cómodo, más bien lo sentía algo tenso. Así que como un caballero, pausó el beso y con lentas caricias en su cabello lo hizo verlo a los ojos. Él quería hacerlo disfrutar y que se relajara, deseaba tenerlo y quería que todo fuera bajo sus términos, por lo que si Jimin decidía no continuar el azabache respetaría totalmente su decisión.

El rubio estaba casi que temblando. Sus pequeños y rasgados ojos estaban dilatados, sus mejillas estaban ruborizadas y su pomposa boca hinchada y rosada; una imagen exquisita de visualizar si se lo preguntaban. El hombre no dudo en besarlo nuevamente y guardar esa imagen en su mente. Ojalá fuera eterna.

-¿Estás seguro?- preguntó con suavidad sobre su boca- Podemos hacerlo en cualquier momento, cuando te sientas más cómodo.

Jimin suspiró y cerró los ojos por un segundo. Lo único que necesitaba era calmarse; la emoción, los nervios y la expectativa lo estaban haciendo sentir ansioso, pero quería sentir, él de verdad quería hacerlo con el hombre.

-Estoy seguro, Jungkook.- murmuró atrayendolo hacía sí, provocando que su rostro se hundiera en el fuerte cuello del azabache.

Jungkook sonrió llevando las caricias a su espalda.

-¿Entonces por qué estás así?-. Preguntó nuevamente, sin elevar la voz. Jimin tarareó en su cuello encogiéndose de hombros y restándole importancia. El azabache, por otro lado, no estaba conforme con eso, e ignorando lo que hizo volvió a hablar- Dime que pasa, Jimin. Sabes que puedes confiar en mí.-. Porque, obviamente, Jungkook sabía que había algo más.

El rubio se quedó otro rato más callado, él le dió su tiempo para que pensará y no insistió más de la cuenta. Entonces cuando el chico tuvo el valor suficiente para contarle, Jungkook escuchó con atención.

-M-me da vergüenza.- murmuró.

-¿Por qué?

-No lo sé, a pesar de que ya me has visto así, para mí si es algo nuevo y me da pena por ser conciente de eso.

Jungkook lo sacó de su cuello con cuidado y besó castamente sus labios.

-Hay una solución para todo, cariño...- le dijo con voz rasposs- Cierra los ojos, piensa en las cosas que te gustan de este momento y cuando te hayas sentido menos avergonzado abre los ojos y ve mi adoración en ellos.- el corazón de Jimin salió disparado, chocando contra su pecho de una forma rápida, su piel se erizó y pudo sentir el deseo burbujear dentro de su vientre.

Haciéndole caso al azabache, se recostó sobre la cama y cerró los ojos, estaba dispuesto a que Jungkook lo tomara; que alguien lo tomara por primera vez.

No le preocupaba el dolor, no le preocupaba su cuerpo ni lo que Jungkook hiciera con él. Lo que realmente le preocupaba era su comportamiento, cuando se liberaba parecía convertirse en una persona desvergonzada y le daba pánico, simplemente eso.

Empezó a sentir los besos vagando por su cuello, también sintió mordidas bajando por su pecho plano y chupones llegando a su zona central, sintió suaves caricias por sus brazos y piernas, también pudo sentir las sensaciones más fuertes al estar concentrado en lo que Jungkook le estaba haciendo, sus terminaciones nerviosas estaban colapsando y fue aún más intenso cuando Jungkook tomó fuertemente sus piernas y las abrió, dejando todo a su vista.

Helsinki-Kookmin©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora