Prólogo

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Tanteó las superficies a su alrededor con cuidado, buscando el bulto pequeño sobre lo que sabía, era la mesa de noche, si es que en la borrachera de la noche anterior, no lo había cambiado de lugar

- Haliiii- alzó la voz al no encontrar lo que buscaba, la falta de respuesta lo hizo gruñir, se incorporó y ahora sentado en la cama volvió a levantarla- Ugh, ¡Haliiii!- su llamado recibió como respuesta un ladrido, e instantes después, la marcha rítmica de los lánguidos y pesados pasos de un can se hizo sonar en medio del silencio sepulcral- Hali, no encuentro mis pastillas- explicó al animal, escuchó un ladrido, y segundos después, ya las sentía sobre su mano izquierda, que se hallaba abierta al nivel alcanzable para el canino.

La consumió sin esperar a tener algo de beber, se levantó de la cama y se sacudió la pereza, entonces se dirigió al baño tratando de no estrellarse con nada en el proceso y se lavó la cara, sacándose los gruesos costrones que sabía, le habían salido. Esto último dolió como no tienen idea

El efecto no fue inmediato, pero una vez más, consiguió volver a ver.

- Gracias Hali- la hermosa perra de raza San Bernardo ladró suavemente tras escuchar las palabras de su amo, que la acarició con parsimonia, luego se retiró, se metió a bañar y al salir, se arregló como si se prepara para la gala de su vida

Aún va medio vestir se miró al espejo, y se repitió mentalmente que aquello no era más que un nuevo trabajo

Aunque en esta ocasión no lo habían contratado.

Una llamada interrumpió sus cavilaciones, el tono era el mismo tema de Carole King que esa loca y su vecino amaban dedicarle, sonando a todo volumen (y de manera continuamente interrumpida por la confirmación de una voz robótica femenina que le notificaba a quien pertenecía la llamada) a modo de invitarle a que cantara, pero antes de siquiera intentarlo, contestó, más por hecho de preferir no ser acosado de no hacerlo que por quererlo Realmente.

Colocó la bocina y puso el dispositivo de vuelta en el mesón, acomodándose las mangas de la camisa interna blanca, escuchando una voz

- ¡Keneth! ¿Ya vienes?, se te hace tarde, ¡La ceremonia ya va a empezar!- suena una voz masculina al otro lado de la línea. En respuesta, el mencionado sonríe con grandes dejes de un sarcasmo que no puede ser visto, pero resulta bastante perceptible.

- Ya estoy arreglándome, Hali no me despertó a tiempo- le responde y la nombrada se acerca jadeante, agitando poderosamente su cola mientras casi parece sonreír con la mirada

El lo encuentra adorable, y simplemente no puede evitar acariciarla, claro que la can lo acepta gustosa.

- date prisa, o no vas a poder hacer lo de siempre, se perderá la magia- comenta está vez una voz bastante más juvenil y afeminada que la anterior

- ¿Llevaste a Selene a la boda?- pregunta, sin agregar nada al comentario que sueltan los labios de la llamada "Selene"

- ¿Porqué no?, Juró portarse bien en nombre de Hali- responde la voz masculina, Keneth se tensa y gruñe- bien, vale, ya dejaremos de jurar en nombre de tu sagrada, santísima y adorada perra-

Lo siguiente es el sonido de una marcha que anuncia la entrada del novio y su madre, reducido por la habladuría de la gente que se filtra por el teléfono, mientras que, por otro lado, Keneth ya está listo, agarra sus llaves, el bastón plegable y corre, dejando a Hali atras, quien, siendo tan autosuficiente cómo es,se sirve algo de agua en su plato, la bebe y luego se echa contra la puerta a esperar pacientemente al regreso de su amo

La llamada sigue activa, y está vez, se vuelve a escuchar la voz de Selene

- ¿Entonces no harás un dramón para la novia como siempre?- pregunta inocentemente

- shhhht, calla, ¿Que no ves que no le puede hacer eso?, ¡El está súper enamorado de ella!- responde el otro, Keneth frena en seco el auto al escuchar aquello, y cuando pasa del susto que se ganó por su propia estupidez, agarra el teléfono, y como si olvidaste que de hecho, sus amigos están en medio de una boda en proceso, empieza a rezongar con rabia

- ¡Que no!, ¿No sabes callarte Mickey?, ¡Porque bien puedo ir personalmente a coserte la boca con alfileres por hijo de p*rra- farfulla, las risas de su amigo no se hacen esperar al otro lado de la línea, y en lo que el vuelve a avanzar- esto no tiene nada que ver con sentimientos, ¡Tengo razones más importantes!- al segundo, escucha de nuevo la voz de Mickey

- bien, ok, niegalo todo lo que quieras, pero eso no explica porqué planeas colarte en la boda de esa forma si fuiste invitado formalmente- comenta, al doblar una esquina, Keneth finalmente llega, se escucha adentro la marcha que indica la entrada de la novia, pero aún así el no entra, se queda en silencio, esperando el momento justo para hacer su jugada. Esto fastidia al chico de la llamada, que no duda en hacerlo notar- ¡Habla joder!, ¿Porqué así?-

Cuando el cura empieza a hablar, Keneth sonríe, se pone de pie y habla

- es simple idiota- deja el teléfono a un lado, y con fuerza, abre los grandes portones de la iglesia el solo, generando la escena dramática del siglo y una mueca de desconcierto en la novia, a quien el mira con preocupación antes de seguir con su teatro- PAREN TODO, ¡VINE A LLEVARME A LA NOVIA!-

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Última edición: 04/05/23

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