Un día en el Olimpo Hestia la diosa del hogar reunió a Dionisio para hablar con el de un asunto de suma importancia. Cuando Dionisio entro en el templo de Hestia lo encontró vació solo podía ver una hoguera que estaba encendida. Esto le puso a Dionisio los pelos de punta y fue caminando por todo el templo para buscar a la diosa del hogar.
Dionisio:¿Hestia?(pregunto tembloroso).
En ese momento salida de la nada apareció Hestia.
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Hestia: Hola Dionisio.
Dionisio: AHHHH(grito).
Dionisio: Por favor deja de darme estos sustos ¿de que querías hablarme?.
Hestia: Pues de que quiero que ocupes mi lugar en el consejo de los doce dioses.
Dionisio:¿Yo en el consejo de los doce dioses?.
Hestia: Así es ¿que me dices?.
Dionisio: Que si.
Dionisio le dio un fuerte abrazo a Hestia el cual correspondió y se fue alegremente. Mientras Zeus y Hera estaban discutiendo por un problema serio.
Zeus: S supone que me tienes que dar un varón que ocupara mi trono algún día.
Hera: Te he dado una hija que es la diosa de los partos.
Zeus: Si Ilitia a la que amo con locura.
En ese momento apareció Ilitia que estaba espiando las conversación de sus padres.
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Ilitia: Padre, madre por favor no discutáis.
Luego se fue llorando los reyes de los dioses pensaron en que podían hacer.
Hera: No me gusta verla así.
Zeus: Yo tampoco solo espero que el hijo que hay en tu vientre sea un niño.
Hera: Y si no lo es.
Zeus: Iremos a ver a Temis.
Zeus y Hera dejaron a Ilitia al cuidado de Hestia y se fueron al templo de Temis, pero cuando le preguntaron que es lo que llevaba Hera en el vientre. Temis les dio la mala noticia.
