Diferente

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Himeko: (Susurro) ¿Pasa algo, presidenta?.

La mencionada elevó su frustrado rostro hacia la peliespiral

Mei: (Susurro) No, descuida. Todo está bien.

Dicho eso, Mei suspiró internamente, continuando con el estudio presupuestal de la academia

Mei: Ya lo teníamos todo cubierto... ¿Por qué demonios el abuelo llamó a Mitsuko?...

La pelinegra miró a la pelivioleta, quien analizaba bajo su duro gesto las cuentas, anotando en una libreta

Mei: Ella no busca trabajar en conjunto... Solo nos dirá que hacer al final del día... Reformará todo aunque habíamos dejado números negros...

Mei rechinó ligeramente los dientes, volviendo a prestar atención a sus cuentas... Al menos en apariencia, ya que su mente volvió a repasar las frustraciones recientes, una en especial que desencadenó una menor resistencia a las demás

Mei: Estúpida Yuzu... Sabía que solo te habías confundido conmigo... Tu misma personalidad te hizo pensar cosas que no eran y me arrastraste contigo...

La ojipúrpura tragó ligeramente pesado para tratar de evitar que las lágrimas corrieran por sus mejillas

Mei: Te creí... Por un momento te creí... Y después solo me diste la espalda...

Mei cerró los ojos, recordando la canción que había estado escuchando desde la triste noche de Navidad en que Yuzu rompió su palabra

"Deja la hipocresía de fingir que te importa
El año no está hecho de un mes
Compartir textos no es nada

Deja la hipocresía de pretender querer cuidarme
Si cuando fui a buscar tu ayuda, fingiste no estar"

Mitsuko: Mei...

La mencionada abrió los ojos, enfocándolos rápidamente en la imponente pelivioleta mientras elevaba su rostro de su mano

Mitsuko: ¿Estás bien?.

La ojipúrpura parpadeó un par de veces

Mei: Ehh?...

Mitsuko posó su mano en una mejilla de Mei, frotándole ligeramente el párpado inferior con su pulgar

Mitsuko: Estás llorando.

La presidenta del consejo estudiantil cayó en la realización, notando que efectivamente veía un tanto borrosa a Mitsuko, por lo que rápidamente se limpió con las mangas de su suéter

Mei: Ahm... N-No... Solo... Yo... No estoy llorando.

La pelivioleta compartió una mirada con Himeko, después suspiró un tanto derrotada mientras posaba sobre la mesa los papeles que analizaba

Mitsuko: Escucha, Mei...

La mencionada posó nuevamente su enrojecida mirada sobre la mayor, quien le extendió un pañuelo mientras le dedicaba una expresión de cierta condescendencia

Mitsuko: Sé que soy muy dura, incluso violenta... Pero también tengo sentimientos, así que...

Mitsuko tomó suavemente una mano de la ojipúrpura

Mitsuko: Si hay algo de lo que te gustaría hablar. Te escucharé con gusto.

Mei abrió un tanto más amplio los ojos, contemplando la suave y cálida sonrisa que le dedicó la pelivioleta

Mei: No... Nunca me importó esto... Nunca tuve problemas que pudiera hablar con una Doctora Corazón... Esa estupidez del romance es una mentira...

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