Un niño de verdad

Capítulo 1

Los minutos pasaban lentamente frente aquel espejo cuadrado de cuerpo completo que se encontraba pegado en la pared, en este una figura femenina se reflejaba, una linda chica de cabello café que observaba con molestia su reflejo mientras acomodaba la falda de su uniforme.

-Estúpida falda...

Susurro en voz baja, el uniforme le quedaba ligeramente pequeño, pues al parecer durante vacaciones su cuerpo había crecido reflejando aquellos centímetros más en la corta falda que portaba.

No era demasiado corta realmente pero si habia algo que ella odiaba eran las faldas, y más si eran cortas pues detestaba como sus piernas quedaban expuestas ante las demás personas, ella las odiaba, odiaba aquellas piernas gruesas y femeninas que resaltaban de su cuerpo. Sus piernas solo eran una cosa de todas las cosas que odiaba de su cuerpo, más arriba se encontraban sus senos, esas "bolas de grasa" como ella solía llamarlas la hacían odiar aún más su cuerpo, recuerda aquella vez que lloro desconsoladamente cuando sus pechos comenzaron a crecer, a ella no le gustaban, ella los odiaba, ella odiaba su cuerpo  femenino lleno de curvas, muchas personas le decían cumplidos ante "el hermoso cuerpo que tenía" sin embargo ella no amaba su cuerpo como otros lo hacían, ella lo odiaba, ella quería ocultarlo, ella quería ser diferente.

Por más que observara su reflejo en aquel espejo este no cambiará, por más que lo deseara ese era su cuerpo, esa era su maldición. Tomó un suéter gris que descansaba sobre su cama y se lo colocó, quizás sus piernas quedarían expuestas pero su pecho estaría ligeramente oculto bajo ese gran suéter. Acomodo su largo cabello que también detestaba pero que su madre amaba porque "lucia como una linda princesa", ella odiaba esa palabra, ella no quería ser una princesa.

" Ser un príncipe sería lo correcto. "

Un príncipe... a ella le gustaría ser un príncipe, sin embargo en aquel reflejo ella no miraba un príncipe, obervaba un princesa, porque era ella y no un el, era una chica no un chico, y por más que deseara ser uno no podría, todos la odirian, su madre, sus amigos, su novio, todos... absolutamente todos le darían la espalda y la dejarían sola. Esa era otra cosa que ella temia, la soledad.

Bajo de su habitación con su mochila colgada en su hombro, las vacaciones de invierno habían llegado a su fin, hubiera deseado que fueran más largas para no soportar ese estúpido uniforme, pero el hubiera no existe y lamentablemente ella era una señorita.

-Buenos días mi niña, vamos siéntate el desayuno esta listo.

Observó a su madre en la cocina y se acercó a ella con pasos lentos mientras acomodaba mejor su mochila.

-No tengo hambre mamá es demasiado temprano para comer algo.

-¿Estas segura Daeun?

"Daeun no era una nombre lindo, sin embargo Taehyung si... ¿que tonterias pienso? "

-Si mamá estoy segura.

-Bueno, pero toma este licuado ¿si? te hará bien para que tengas energía para tu regresó a clases.

Daeun sonrio y tomo la bebida, igual aunque no quisiera su madre no dejaría de insistir, su mente ya era un caos desde que se observo  en el espejo como para aun lidiar con las palabras de su madre sobre alimetarse bien para mantener esos muslos. Al terminar se dirigío al baño para lavar sus dientes, tomo el desayuno y lo guardo en su mochila para finalmente despedirse de su madre antes de salir de casa.