MELODÍA MORTAL ✧ SUNGJAKE

si escuchas un canto en tu oído, corré

—Tengo miedo —Dijo Jake a su madre, Jisoo, y la abrazo.

—Tranquilízate mi niño, todo va a salir muy bien. Serás el novio más hermoso del mundo. Enamorarás aún más a Sunghoon —Lo consoló acariciándole el cabello. Al pie de la cama, sobre un maniquí estaba el blanquísimo traje de novio, lleno de encajes y bordados—La estilista llegara temprano, a las nueve. Así que ahora duérmete y descansa corazón, reza y todo saldrá bien.

Al apagar la luz de la habitación, Jisoo suspiro y salió. Jake sin embargo, estaba inquieto. Tenía lúgubres presentimientos, y la oscuridad de la noche lo asfixiaba.

Apenas cerro los ojos, y el maniquí de plástico que era solo el torso de una mujer con la cabeza calva en la que estaba puesta la diadema de flores blancas y sin brazos, movió los ojos azules mirando la habitación, al tiempo que soltaba una carcajada espeluznante. Afuera, un relámpago anuncio la tormenta, y una cajita musical que se hallaba sobre el tocador -un regalo de el abuelo de Jake- comenzó a tocar su dulce melodía sin que nadie le hubiera dado cuerda.

Cayó entonces, una tormenta de terror.

Las carcajadas despertaron a Jake, que sudando se incorporo en su cama. Agitado encendió su lampara de la mesa de noche, y vio que el maniquí no estaba en su lugar.

—Mamá, ¿te llevaste el traje? —Más carcajadas...— ¿De que te ríes, Mamá? —Pregunto con voz temblorosa. Tronó otro relámpago, y las carcajadas se oyeron más fuertes.

Jake bajo de la cama de un salto y vio con horror, cerca de la ventana, al maniquí bailar y reír al ritmo de la cajita de música. Quería gritar, pero el espanto no lo dejaba articular palabra alguna.

—Laralara-laralara —Canturriaba la espantosa muñeca incompleta y vestida de novio—Pobre querido mío —Dijo al fin con su boca rojísima, como de sangre. Mientras Jake paralizado se decía a si mismo que aquello era una pesadilla, que no podía ser verdad tan macabra visión—Pobrecito Jake, tan asustado, y tan bonito. ¡Pero alégrate hombre!, que mañana nos casamos, bueno, en realidad solo me caso yo, porque tomare tu lugar. Y tú, tú te quedaras convertido en un pedazo de plástico, con forma de hombre mutilado inanimado por toda la eternidad. Gracias a los poderes de mi señor el amo de las tinieblas, Satanás. Porque yo soy una de sus hijas favoritas sabes, y me quiero casar, me quiero casar.

Una lágrima silenciosa broto por la mejilla de Jake, quien no podía moverse pues; estaba petrificado. Haciendo un gran esfuerzo, Jake logro correr despavorido hacia el baño de su habitación, he inclinándose en el lavabo, vomito. Sudoroso se hecho agua helada en la cabeza, y atónito se dio cuenta de que no soñaba, pues el sabor amargo en su boca y el frío del agua corriendo por su frente, le comprobaban que no era un sueño el que vivía, sino una realidad de pesadilla.

Aquel ente diabólico seguía riendo y bailando, cuando Jake musito una pregunta.

—¿Por que? — Entonces, se deslizo lentamente sobre la pared hasta caer al suelo.

—¿Por que? —Pregunto a su vez el maniquí con ojos desorbitados—¿Crees en el mal Jake?, ¿Crees en la brujería?, ¿En las fuerzas oscuras?

—No, no... —Contesto llorando el chico.

—¿Crees en belcebú, el señor de las tinieblas?

—¡No! —La tormenta no cesaba y la melodía de la cajita aun sonaba tétricamente. Congelando los pensamientos del pobre Jake.

—Tu abuelo Jake, el dulce ancianito que antes de morir te regalo esta cajita de música que nos deleíta ahora. Fue mi más querido amigo cuando éramos jóvenes, cuando vivíamos en el campo a las afueras de Daegu. Yo compartí con él la alegría de mi primer amor, pero el día de mi boda el huyó con mi prometido, dejándome tendida en el altar. Mi prometido fue tu abuelo Jake, mi Heeseung a quien yo amaba con la locura de mi juventud desbocada. Tenía quince años, quince años entonces, y era una linda muñequita, como tu lo eres ahora eh, mi lindo noviecito.