el problema

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La mañana había llegado iluminado las cuatro paredes de la habitación blanquecina en dónde se encontraba el beta quien fue despertado por alguna molesta notificación de su celular.

- Donde demonios lo dejé...

Replicó el chico adormilado buscando su celular, luego de encontrarlo debajo de su cama, lo encendió notando que era un mensaje de su amigo omega, al parecer este se estaba disculpando por lo de anoche y agradecía que hubiera llamado a su pareja, confundido dejo en visto al chico saliendo del chat para luego apagar el aparato solo que al momento de hacerlo, aquella pantalla en negro había reflejado algo realmente extraño que parecía estar en su cuello.

Alterado se levantó de su cama y fue hacia el baño, se acercó al espejo y para su sorpresa, tenía una marca, había sido marcado.

- ¿Pero como?

Volvió a mirar la mordida y está aún no estaba completamente seca ¿Cómo demonios se había hecho aquello?

Su mente tan solo le mostraba vagos recuerdos de ayer en la tarde comprendiendo lo que su amigo decía entre disculpas pero nada con respecto a aquella marca y eso le preocupaba.

- Ok está bien, debe haber alguna razón, por el momento vamos a tranquilizarnos

Hablo para si mismo respirando una, dos, tres veces recuperando la calma, en algún momento se iba a acordar de lo que había pasado, así que no debía presionarse.

Decidió darse un baño ligero pero ni eso fue de gran ayuda, la marca vaya que si le molestaba, no le dolía como el pensaba pero si lo tensaba cada vez que la tocaba, luego de esto se vistió usando ropa un tanto grande para disimular el parche que se había puesto, lamentablemente no tenía alguna prenda con cuello de tortuga así que esto era lo único más útil en este momento.

De pronto escuchó ruido en la cocina, alguien parecía estar dentro de su departamento.

Sigiloso salió y camino hacia allá, luego de llegar hacia la entrada del lugar encontró a la persona responsable del ruido, un chico de altura aún más alta que la suya y de hombros anchos se encontraba al parecer preparando el desayuno, parecía estar tan concentrado que ni siquiera se inmutó en voltear.

En todo el ambiente un delicioso aroma se hacía presente haciendo que su apetito despertará, pero su intriga le impedía estar relajado, a paso lento se acercó al chico por la espalda y hacer acto de su presencia.

- Disculpa ¿Quién eres? ¿Y que haces en mi departamento?

Utilizando aquella voz ronca tomo por sorpresa al chico, quien volteó rápido por instinto notando al beta.

- ¡Oh! ... eres tú ¿Has dormido bien?

Habló casual como si se conocieran desde siempre, cosa que no es así, molesto Min se acercó a este mostrando seriedad.

- Acabo de hacerte dos sencillas preguntas ¿Podrías siquiera contestarlas?

Si algo no toleraba el chico pelimenta era ser ignorado o evadido de algo que preguntaba cosa que lo irritó de más, por otra parte el pelinegro tan solo lo miro perplejo para luego asentir sin miedo ante esto y con cierta tranquilidad habló.

- Lo siento pero creo haberte dicho ya antes...

- ¿Cuál es tu nombre?

- Kim Seokjin

- ¿Eres menor o mayor que yo?

- Supongo que el mayor... ¡Oye! ¿Qué esto es un interrogatorio?

Fingiendo ofensa miró abatido al beta tratando de apaciguar el momento.

𝑬𝒍 𝑨𝒍𝒇𝒂 𝒏𝒆𝒄𝒆𝒔𝒊𝒕𝒂 𝒅𝒆 𝒖𝒏 𝑩𝒆𝒕𝒂 [ʏᴏᴏɴᴊɪɴ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora