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Iba a matarlo, definitivamente iba a matarlo. Yangyang sabía que su vida estaba contada y esta vez no se saldría con la suya lastimosamente. Haberle contado a Na Jaemin que su mejor amigo tenía una especie de crush por él quizá no había sido su mejor idea. Pero es que a veces sus neuronas no conectaban del todo bien y terminaba metiendo la pata a lo grande.

Cuando le confesó a Jaemin sobre lo de su amigo, este se quedó perplejo asimilando las cosas. Por la mente de Yangyang solo navegó la idea de que el pelinegro no estaba ni un poco flechado por Jeno ¿Ahora qué haría? Sería muy incómodo para Na hablarle a Jeno sabiendo de los sentimientos del rubio ¡Le había hecho perder contacto con su amor platónico a su mejor amigo! Estaba muerto de por vida, como si pudiera revivir de todas maneras.

Lo poco que sucedió cuando resultó lo de la confesión ajena fue que Na se separó abruptamente de él para correr lejos del teatro. Yangyang suponía que era para escapar del terrible malentendido que había causado. ¡Le había salido todo mal!

– Bueno, acabas de hacer algo que nunca creía que vería a alguien hacer, Liu... Creo que es la primera vez que alguien se le confiesa a Jaemin... Bueno, más o menos así... Pero tranquilo que seguro la magia del chico funciona una vez más y terminan juntos ¡Mira el lado bueno, Liu! Podrías llegar a convertirte en el próximo cupido – dijeron detrás suyo haciendo que pegara un salto por el susto. Huang Renjun estaba allí atrás con su perfecta sonrisa y su belleza derramándose por todo su hermoso rostro. Yangyang no podía callar el latido de su corazón por dos razones en especial; Renjun estaba hablándole y, la segunda, Renjun había escuchado cuando le habló a Jaemin. ¿Y si también escuchó cuando mencionaba que le gustaba?

– ¿Desde qué parte escuchaste? – preguntó asustado en voz baja. El mayor lo miró por unos segundos y luego sonrió como siempre.

– Desde la parte donde confiesas tus sentimientos hacía mí, por si querías saber – rio. Yangyang quedó estático en su lugar regulando su respiración. Entonces era cierto, aunque fuera casualidades de la vida, haberle confesado a Na Jaemin quién le gustaba había funcionado. Ahora obtendría la burla atención del chico al cual amaba.

– Bueno... Tú a mí no – y el rostro del menor perdió todo brillo de esperanza al escucharlo – Pero, hey, tranquilo... Me pareces un chico tierno y lindo... Quién sabe, tal vez me llegues a gustar algún día.

¿Era real? ¿Estaba sucediendo? ¡Era muy real!

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Sí, había escapado, no le negaba. Pero en su defensa se sentía demasiado sorprendido como para seguir haciéndole frente al amigo del chico que le gustaba, y que ahora resultaba ser un sentimiento mutuo ¿Cómo le daría la cara a la vida? Realmente nunca se esperó que Lee Jeno, alias el chico impuntual, llegara a quererlo. Para Jaemin era solo cuestión de gustos y atención, Lee jamás le había entregado aquella atención que podía hacerle dudar si tenía interés en él, prácticamente el rubio lo ignoraba a toda costa.

Cuando iba y se le acercaba a hablar, mayormente respondía con monosílabos o intentaba esquivar la mirada. Aquellas actitudes le hacían creer a Jaemin que Jeno no le prestaba atención porque no era quien amaba. Más ahora Liu Yangyang llegaba a confesarle un amor que no era suyo para ¿Hacer feliz a su amigo? ¿Por qué lo había hecho realmente? A Jaemin no le gustaría que Haechan fuera y le dijera a un extraño de quién estaba enamorado.

– ¿Qué se supone que debo hacer con esta información? – habló para sí mismo mientras se disponía a abandonar las instalaciones – No me lo puedo creer...

Venía demasiado metido en sus pensamientos que no se fijó en la figura alta y desarreglada esperando a la salida. No era que Lee Jeno lo estuviera esperando precisamente a él, pero por alguna razón, esa vez, esperaría a Yangyang y si cabía la posibilidad de que se cruzara con Jaemin lo haría ver como una tonta casualidad.

– Que tengas un lindo día, Jaemin – saludo el alto llamando la atención del más bajo. Su actitud parecía ser la de todo un bad boy indiferente, claro que Jaemin no sabía que Jeno estaba rogando por no haber sonado demasiado idiota al decirle que tuviera un lindo día.

– Ah... Gracias, tú también. Trata de no llegar tarde la próxima semana... Te van a reprobar.

¿Ah? ¿Podía estar eso sucediendo? ¡Su crush se estaba preocupando por él! O quizá Jeno, una vez más, estaba mezclando las cosas y Jaemin solo había dicho eso por cortesía o por querer decirle algo y no quedar como un maleducado.

Mientras tanto, en la imaginación del más pequeño, seguía sin poder creer que aquel chico indiferente estaba loco por él. ¿Las personas enamoradas no se comportaban extrañas junto a su amor platónico? Ah... Marinette le había engañado toda su vida...

– Nos vemos el lunes, Jaemin... - pero si existía la mera posibilidad de que lo haya dicho Liu fuera cierto, entonces no dejaría pasar su oportunidad.

–¿Sabes, Jeno? Estoy muy triste – puchereó atrayendo la atención del rubio.

–¿Qué? ¿Por qué? ¿Te hicieron daño?

– Nada eso, es que todo el mundo se me acerca para confesar que le gusta una persona, pero nadie viene y me pregunta si yo también estoy enamorado, es muy frustrante ¿Sabes? Ver que se crean hermosas parejas a mi alrededor mientras sigo acá solo solín solito.

–¿Cómo dices eso? Jaemin, eres como un Dios del amor, obvio que ya debes de tener a alguien que ames y esa persona seguro te ama a ti. ¿Por qué no solo vas y le dices que quieres estar con él? Seguramente aceptará.

–¿Lo dices en serio? – ambos se encontraban recargando su peso en el borde de la puerta – Me gustaría poder estar con esa persona, y ahora sé que le gusto, pero... Esa persona aún no se confiesa y cuando lo haga estaré muy feliz de aceptar ser su pareja – esperaba que al menos el chico frente a él captara su no tan sutil indirecta.

– Las personas a veces son muy vergonzosas, mira si no te dice nada por miedo a que lo rechaces ¿Hiciste algo para hacerle saber que era mutuo?

¿Qué? ¡Por supuesto idiota! Me la paso corriendo de aquí para allá solo para verte a ti actuar ¿Qué no sabes cuantas escaleras debo bajar para llegar al auditorio? ¡¿No lo ves ya suficiente?!

Por más que intentara tirarle una y otra indirecta, cada vez más directas, Jeno no parecía entender, tal vez no quería entender a propósito. Mientras Jaemin se mataba por hacerle ver a su hyung que sus sentimientos eran mutuos, el azabache creía que ya todo estaba terminado, que su pequeño ya tenía un enamorado y él no era.

Jaemin casi que estaba por levantar un cartel sobre su cabeza que dijera todo lo que sentía por él.

¡Hyung, mírame, te amo y tú me amas! ¿Podemos ser la pareja más feliz de todos los tiempos?

Y Jeno miraba a un lado diferente con su cartelito pequeño tímidamente balanceándose debajo de su cintura.

Te amo, pero prefiero creer que amas a alguien más.

– Si quieres puedo ayudarte con esa persona – propuso el más alto por lo que el más bajo se le quedó viendo esperando que sea una maldita broma.

– Bien, te dejo ayudarme – patrañas, desde ahora en adelante no pararía hasta que Lee Jeno notara que lo traía locamente enamorado desde hacía tiempo.





Les traje este nuevo capítulo, perdónenme por no actualizar :(

Termine de escribir esta capítula mientras tengo un horrible resfriado, siento que me voy a morir en cualquier momento. Adiós, cubitos, nos leeremos más tarde.

A cupido nadie lo quiere. NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora