Mateo Luque despertó un martes a las 10 de la mañana en una habitación que no reconocía, golpeó la puerta, gritó, intentó escapar pero no pudo. Una hora más tarde, una pantalla en la habitación se encendió:
-Bienvenido a nuestra nave zeta 23, usted es el habitante 1568. De acuerdo con su habilidades podrá desempeñarse en ingeniería informática y a cambio contará con los recursos necesarios para vivir esta vida y otras más. Mateo creyó que era parte de un sueño, los mitos sobre personas que vivían en el espacio le parecían imposibles.
Lo primero que hizo fue preguntar por su madre y su hermana, pero la pantalla se puso negra otra vez, luego las cortinas de la habitación comenzaron a abrirse de par en par, de sus ojos cayeron unas lágrimas, mientras apoyaba las manos en aquel vidrio enorme.
Mateo comenzó a recuperar la memoria ¿Cuántas veces había regresado a ese instante? se abrió un gran universo frente a él. La tierra a lo lejos se veía como un gran fantasma que intentaría salvar, una y otra vez.
Después de dos ciclos, los saltos en el tiempo habían pasado a ser algo común para los ingenieros de zeta 23. Mateo formaba parte de los fundadores, su obsesión por la tierra y por salvar a su versión mortal, a su madre y a su hermana era lo único que lo mantenía en aquel nuevo mundo en el que todo era una gran simulación.
Nadie hubiese creído que alguna vez la raza humano había habitado gran parte del planeta tierra, menos que los días duraban largas jornadas de sol, que existió la primavera o el otoño. Ahora era siempre invierno o verano, largos y extremos meses.
Los pocos humanos que quedaban en el planeta habían logrado adaptarse y adoraban a aquellos dioses que veían aparecer en el cielo, ya que con sus tecnologías aportaban luz en invierno, y un poco de alivio los meses de verano- A veces pasaban semanas a oscuras. Nadie allí abajo sabía cómo habían llegado a vivir así, aunque existían varías teorías. Algunos creían que el mundo siempre fue igual, y se limitaban a adorar a los dioses del cielo.
Lo único que no había cambiado en aquel tiempo era la ambición de los hombres por el poder, tanto en el cielo como en la tierra.
Una noche, Mateo supo exactamente que la solución para salvar el planeta era regresar al año 2053, cuando surgieron las primeras criaturas que provocaron los cambios climáticos, entonces fue a su laboratorio en el espacio, buscó los archivos de aquella fecha, los registros de todas sus investigaciones y supo una gran verdad, la única certeza era regresar al año de su nacimiento y matar a su propia madre para salvar a la humanidad de sus grandes inventos. Asimiló esa idea con un gran dolor, pero la decisión estaba tomada, sin embargo no esperaba encontrarse en la tierra con otra gran verdad que era incluso peor. Allí entendió que antes debía ocuparse de un mal más grande que su propio nacimiento, o quizás, había nacido para impedir aquello.