Enero estaba repleto de días con temperaturas bajo cero y fuertes nevadas, haciendo difícil que las tropas pudieran completar sus entrenamientos diarios, y siendo mandados de nuevo a sus cuarteles por sus superiores.
El coronel Park suspiró de alivio cuando llegó a su unidad, el frío le estaba calando los huesos, a pesar de estar abrigado. Al entrar al cálido lugar, se quitó los zapatos y la gran chaqueta, dejándolos a un costado de la entrada y se adentra, oliendo el agradable aroma de comida recién preparada.
Se dirigió a la pequeña cocina-comedor, encontrándose con la mesa preparada con la vajilla y la olla, con lo que parecía sopa, humeante sobre el anafe en el centro de ella. Chanyeol sin dudarlo, se acercó para sentarse y se sirvió la caliente comida, saboreando cada cucharada que se metía la boca y sintiéndose mejor ahora que estaba calentándose por dentro. En aquel sitio, solo se escuchaba los sorbidos y el tarareo de satisfacción del hombre alto cada vez que probaba la sopa.
Cuando hubo terminado, dejó todo allí para lavarlo más tarde y se encaminó a su habitación, encontrando que su calienta cama ya lo estaba más que preparado esperándolo y no para dormir.
El joven de diecinueve años, estaba cabizbajo y sentado sobre sus talones. Llevaba puesto únicamente la chaqueta del uniforme militar de Chanyeol, dejando ver su pálida piel con pequeñas manchas violáceas en ciertos lugares específicos.
- Buenas noches, Baekhyun. - El sargento Park le dio un saludo firme, y comenzó a acercarse a la cama, a la vez que se desvestía.
- Buenas noches, Señor. - La suave voz del pequeño, siempre era una caricia para sus oídos a esa hora, luego de estar oyendo quejidos y gruñidos de sus soldados.
Una vez que Chanyeol estuvo a un lado de la cama, estiró su mano para tomar la barbilla de Baekhyun y hacerlo que lo mirara.
El joven enfocó tímidamente su mirada en las duras facciones de la cara del hombre mayor y soltó un gemido ahogado, cuando Chanyeol se inclinó hacia él, posando sus labios contra los suyos.
El Sargento se alejó, lamiéndose los labios, sintiendo el leve sabor a frutilla del bálsamo de Baekhyun.
- Iré a ducharme, métete en la cama. - Chanyeol habló, ganándose un leve asentimiento por parte del menor.
El más alto se dirigió al baño y encendió el agua caliente, rápidamente llenándose de vapor el pequeño lugar. Se metió bajo la ducha, gimiendo cuando la lluvia artificial tocó los tensos músculos de sus hombros y cayó hacia abajo.
Chanyeol agarró el gel de ducha, poniéndose una gran cantidad en sus manos y comenzó a embadurnarse todo su cuerpo con ello.
Sus grandes manos acariciaron todas sus extremidades, haciendo una leve espuma debido al gel y cuando estuvo todo cubierto, se metió bajo el agua para quitarse los restos.
El hombre alto no solía tardar mucho en sus duchas, siempre eran cortas y rápidas, acostumbrado a aquellos días de juventud, cuando solamente era un simple soldado de tropa y tenía solo cinco minutos para bañarse.
En cambio, veinticinco años después, luego de mucho entrenamiento y esfuerzo, era el Sargento Park Chanyeol.
El hombre básicamente vivía en la base militar y únicamente volvía a su apartamento en vacaciones o cuando quería despejarse del trabajo.
Chanyeol tomó su polla flácida en la mano y comenzó a masajearla, pensando en el hermoso chico afuera, esperándolo en su cama.
Baekhyun era exclusivamente su calienta cama.
Era uno de los muchos jóvenes que en vez de hacer su servicio activo, se dedicaban únicamente a calentar la cama en invierno de los militares de allí.