Vuelvo a encontrarme en las tan ansiadas letras de la poesía, su eterna melodia como un camino de intensa manifestación.
Representación que parece ser teatral, como habitantes de un espacio que sólo quieren definirse a si mismos, establecer su identidad pensativa.
Así, nos damos cuenta que los caminos de la vida son circulares, espiralados, mientras vemos nuevamente como los minutos se van consumiendo con los recuerdos y las experiencias.
Las expectativas que creamos, pensamos no eran precisamente las pruebas puras de lo que necesitábamos, sino simples pensamientos en nuestra mente confundida, buscando el eterno altruismo.
Pero así mismo parece que siempre llega aquel momento donde uno recibe lo que necesita, más bien quizás, no lo que esperaba.
Definitivamente los caminos de la vida parecen ser espiralados.
