☯️ Narrador omnipresente:
(Año 2029)
Para Xu era un día mas de trabajo monótono y aburrido en la Residencia Principal abandonada de la familia de los Gu no había nada extraordinario que contar de la gran casa, nadie había relevante la habito ni nadie de esa familia la habito lo suficiente para morir allí, sus paredes y todos los lujos que poseía solo eran la prueba viva de las extravagancias caprichosas de los ricos.
Xu Wei Zhou no era importante para ser el centro de atencion de ninguna historia sin importancia y menos de donde vino ahora estaba lejos en la gran ciudad; tomo su decisión y ahora no pertenecía a ningún lado y lo mejor era pasar de desapercibido.
Si pudiera elegir no tendria la apariencia de niño bueno que tenia, no ha sido fácil sobrevivir en el mundo real dejando de lado todos sus sueños desde que empaco sus pertenencias y salio de su casa donde dejo toda su vida y algo mas que no quizo ocultar mas, no era una mala persona por ser como era por lo mismo no era el culpable de que su padre se diera un tiro en la cabeza cuando supo su verdad.
Habian pasado ocho meses que dejo ese lugar lleno de culpas injustas hacia el, no mato a su propio padre el nunca deseo ser el malo en la historia de su familia y que su madre enmudeció hasta enloquecer por la pena no apuntaba que el fuera el culpable. Todo fue una desgracia no un castigo, como sus demás parientes insistian en hacerle creer todos los días.
Ahora Xu Wei tenia otra oportunidad de empezar otra vez lejos de ese infierno lleno de hipocresía, lo había dejado todo por su única posesión mas importante su libertad y así solo fue alguien que se presento primero a un anuncio de trabajo, donde aquellos pocos que lo conocieron lo miraban de forma extraña, nadie en la agencia había pedido ese trabajo.
Que importancia tenia ser el cuidador de una vieja residencia de una familia adinerada, a Xu le daba exactamente lo mismo trabajar allí o en otro lugar; no le negaron ningún requerimiento y le ofrecieron un buen pago adicional a sus servicios, así que Xu no le vio el inconveniente y se puso manos a la obra para comenzar esa misma noche, haciendo oídos sordos a los comentarios maliciosos de sus compañeros los cuales murmuraban que ellos ni por todo el oro del mundo se atreverían a entrar a esa casa por la noche porque todos sabían que pasaban cosas muy extrañas.
Ha Xu Wei no le importaba que los envidiosos se pusieran a inventar cualquier cosa sobre los trabajos nocturnos, tampoco le tenia miedo a los demonios y no creía demasiado en los fantasmas, todo sonaba predecible y sin sentido cuando se trataban de sustos o de enredos paranormales.
Xu Wey continuaba arreglando su nuevo uniforme, pantalon negro con una camisa gris recien planchada y una corbata negra; acomodando esta en su cuello viéndose fijamente en el espejo de su pequeña habitación de su apartamento, veía su rostro limpio con las mejillas ligeramente sonrojadas cosa que siempre pasaba después de bañarse con algo de agua tibia y la mayoria de veces con la agua fría, no tenia grandes lujos en su hogar pero si lo suficiente para sobrevivir y estar bien hasta que lograra conseguir algo mejor.
Sentía un poco vacío su estomago posiblemente porque no había estado comiendo bien estos días, Xu sin embargo no le dio tanta importancia ya iría de compras después del trabajo y comería lo necesario y allí vio de nuevo su rostro reflejado en el espejo; aquella imagen suya que a veces no se movia con el si no que se quedaba inerte frente a el, tan solo observándolo fijamente.
Por eso Xu no acostumbraba verse en el espejo por mucho tiempo desde niño y no notaba lo atractivo que era, todas las mujeres y algunos hombres se quedaban viéndolo con atención quizás admirando su apariencia que no escapaba de los parametros de aquellos modelos o actores de dramas exitosos.
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EL CHICO DEL ESPEJO
FanfictionEra el primer día de trabajo para Xu empleado de seguridad cuidando la casa de una familia rica alejada ubicada en un punto exclusivo de la ciudad. Xu sin creer en nada paranormal, acepta el trabajo de vigilar cada rincón de la casa y es allí que a...