Prólogo

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Ya no sabía hacía dónde me dirigía, pero seguía corriendo entre los arboles, tenía que huir de esa gente.

Aun me dolía la rodilla por la caída en marcha del coche, pero seguí corriendo como pude, como sino hubiera un mañana. De vez en cuando tenía que ir más despacio para esquivar las ramas o raíces que sobresalían demasiado del suelo, pero aun así me clavaba alguna que otra rama o tropezaba con una de las raíces difíciles de ver.

Corrí hasta que divisé una casa.

"Seguro que esta abandonada..."

Pensé. Al estar más cerca divisé una luz que salia de las ventanas, corrí haciendo un último esfuerzo.

'' Estoy salvada, salvada, salvada...'' me repetí una y otra vez.

La puerta estaba abierta y podía escuchar un ruido parecido a objetos cayéndose, con sigilo me deslicé por la puerta hasta llegar a un salón. En la habitación se hallaban cinco jóvenes atadas de pies y manos a unas sillas de madera y otra silla libre, seguramente sería la que me habían guardado. Me hallaba en la misma casa de los secuestradores que habían intentado atraparme y ahora me había ofrecido a ellos estaba encerrada sin escapatoria.

"Mierda, estaba ya dicho eres gafe" dije en voz baja.

Entonces las chicas se dieron cuenta de mi presencia. Sus caras eran pálidas, con moratones y heridas, sus bocas estaban tapadas con precinto. Solté un pequeño sollozo al imaginarme que ninguna de nosotras tenía escapatoria, y cuando me quise dar cuenta me hallaba en el suelo llorando. Quería ayudar a las jóvenes pero mi cuerpo no respondía , sentí un leve pinchazo en la rodilla, pero lo ignoré tenía que sacar fuerzas para levantarme. Cuando conseguí hacerlo, sentí un leve dolor en mi nunca y lo ultimo que recordé fue a las cinco chicas intentado librarse de sus ataduras, mientras mi vista se nublaba.

···········

Me desperté con un fuerte dolor de cabeza. Me hallaba en una habitación oscura y mugrienta, con un viejo colchón y una pequeña rejilla por donde entraba la poca luz que iluminaba la habitación.

Los último que recordaba era que había entrado en una casa, unas chicas atadas y después un dolor en la cabeza, y desperté aquí, en esta asquerosa habitación.

"¿Cuánto tiempo habré dormido?".

Cuando iba a mirar el reloj, no estaba.

"Mierda me lo quite pensando que no me haría falta, ahora no podré controlar el tiempo"

Me levante con todo el cuerpo dolorido, y recorrí la habitación para encontrar algo, no sabia el qué, pero si lo encontraba lo sabría. Al final no llegué a nada, todas las paredes eran iguales de viejas y mal construidas pero no había nada para poder huir.

············

Me tiré un buen rato mirando la pared esperando a que pasara algo, pero no hubo ningún cambio.

De repente oí abrirse la puerta, pero seguí parada en mi sitio.

Entró un hombre alto y fuerte, su cara iba tapada con una mascara que lucía una maliciosa sonrisa. Llevaba un plato con un pedazo de pan y un vaso de agua, lo dejó en el suelo al lado del colchón.

Mira a quién tenemos aquí, a nuestra pequeña fugitiva.- dijo mientras se acercaba a mi.

No conteste.

Aparté mi cabeza para esquivar su mano que pretendía tocarme.

Así que pones resistencia.

Me alejé de él hasta tocar la pared, pero siguió acercándose, poniendo énfasis cada uno de los pasos que daba, poniéndome aun más nerviosa de lo que estaba, que seguro era lo que quería provocar en mi, eso y miedo.

Enganchada a tus secretosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora