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A las pocas semanas, me encontré con el. Estaba con su grupo de amigos, donde también estaba marcos. Yo me había juntado con Gonza. Lo acompañe al dentista.

Yo no los había visto, solo me di cuenta cuando Gonza me susurró al oído.

--- no mires atrás, está el --- sin ni siquiera pensarlo, me di la vuelta y ahí estaba... El chico que tanto amaba.
Me acerqué a ellos, solo gritando un nombre.

Marcos.

Parecía enojado, me trató bastante seco. Mientras que el chico por el cual me acerque, se quedó prestando atención a lo que decía. Ya era tarde, así que decidí irme con ellos, aprovechando que vivimos cerca.

En todo el camino, marcos medio me ignoro, eso me hacía sentir más incómoda, refugiándome solo en mi celular.

Lo único que me mantenía ahí, era el hecho de poder estar con el. El me trataba bien y me incluía en las conversaciones...

Cuando llegue a casa, solo pude llorar.
No quería dejar de amarlo, me hacía tan feliz saber que me enamoré de alguien tan maravilloso...

Después de eso seguimos hablando y llevándonos bien. Cada día podía saber un poco más de el. Mientras que mis sentimientos solo seguían creciendo.

Pero algo me seguía atormentando.

La carta...

¿La abra tirado a la basura?

¿La abra guardado?

¿O solo la dejo en un rincón tirada?

... Todos mis sentimientos estaban escritos ahí.

¿Le abra gustado?

¿Lo abra hecho sentir especial?

Esperaba tanto que al menos, el apreciará algo que yo allá hecho con tanto amor, aunq fuera tan simple...

No pude más y solo dejé de hablarle. Paso un mes y me hablo.

--- que fachero --- me respondió la historia de  Instagram, donde salía un gorrión...

Llore.

Tanto me había esforzado, para no hablarle y poder superarlo. Apenas paso un mes, todo mi esfuerzo y tristeza, lo hecho a la basura. Como si nada.

No le respondí en un día.

No sabía que decirle.

¿Por qué no me busco en todo un mes y ahora sí?

Cuando le respondí, hablamos todo el día... Fui feliz, me sacó una alegre sonrisa, había olvidado lo agradable que era hablar con el. Lo feliz que me hacía.

Luego de ese día no volvimos a hablar.

Cada tanto el subía historias diciendo "alguien para hablar" a veces se las respondía.

Así estuve un par de meses.

Hasta ese día...

Lo arruine.

Otra vez, de un momento a otro.

Fue todo en un cumpleaños de 70, del abuelo de una amiga. Me emborrache y empecé a llorar. A llorar por el.

su recuerdo..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora