Connor

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Nave Hécate 3 en órbita terrestre.
Seis meses y 13 días de misión.

Abrí la compuerta de la nave y respiré profundamente antes de lanzarme al vacío. Desde pequeño había querido experimentar  la sensación de flotar en el espacio, estar lejos de todo y no poder oír nada más que mi propia respiración. Aún siento esa pequeña emoción cada vez que estoy flotando.

Me impulsé con la puerta para hacer la revisión diaria y fuí agarrándome a los asideros que instalamos en la última bajada a la tierra. Casi había acabado la vuelta completa hasta que percibí que uno de los sensores de posición tenía la luz apagada. Acabé la vuelta y me dirigí directamente a la sala de control para comunicarlo al resto de compañeros que había en la nave.

Cuando llegué Alex y Cole ya estaban allí haciendo uno de los reportes semanales para mandarlo a la central.

-¿Dónde está Dean?-pregunté

-¿Has visto Cole? Los jóvenes de hoy en día ya ni saludan.- Respondió Alex sarcásticamente. Rodé los ojos y Cole le miró frunciendo el ceño.

-Está duchándose.- contestó este último.

-Está bien, os lo cuento a vosotros.- dije mientras me apoyaba en la pared frente a la mesa de mandos. - Resulta que estaba dando la vuelta como todos los días y encontré que uno de los sensores está estropeado.

-¿Y?. - preguntó Alex.

-¿Cómo que "y"? Algo tenemos que hacer. -solté indignado.

-Es tu turno, vas a tener que llamar a la central otra vez. - replicó con una sonrisa ladeada.

-¿De verdad que no lo podéis hacer ninguno? Ya sabéis que me odia.

Alex se encogió de hombros. - Es tu turno.

-Lo siento pero tiene razón. De hecho hoy no he desayunado. - Comentó Cole levantándose.

-Uhh te acompaño, no sea que te vayas a perder cariño. - Alex le guiñó el ojo a Cole. La verdad es que este chico podría flirtear hasta con una palmera.

Alex y Cole salieron de la sala de control. Mientras esperaba a que respondieran la llamada intenté adivinar con qué insulto sutil me recibiría Raven esta vez.

La verdad es que no comprendía a esta chica. Desde que nos conocimos siempre se mostró seca y cada vez que la llamaba era como si la molestase, sin embargo había oído cómo hablaba con los demás y parecía amable e incluso bromeaba a menudo con Alex. Para mi se había convertido en una especie de juego ver cómo se enfadada y que tan rápido podía sacarla de quicio con cualquier mínima tontería.

-¿Sí? - noté un tono de irritación en su voz y ni siquiera había abierto la boca. Esto parecía prometedor.

-Aquí Connor de la nave Hécate 3 al habla. ¿Eso que noto es exasperación? Acaso la princesa del guisante no ha dormido bien?

-He dormido muy bien gracias. ¿Qué ocurre esta vez?

Le expliqué lo que había ocurrido esta mañana con los sensores de posición. Y ella me explicó lo que tenía que hacer para resolverlo.

-De todos modos lo derivaré a la central para que lo revisen en vuestra próxima bajada.

-Muchas gracias, como siempre es un placer hablar contigo.

-¿Has acabado ya?

-Nada más, no me gustaría importunar a su alteza real durante más tiempo.

-Adiós.

Colgó antes de que me diese tiempo siquiera a responder. Y en ese momento Alex abrió la puerta.

-¿Qué tal con la víbora? Dean va a preparar el desayuno. - Me quité los auriculares y rodé los ojos.

-Me hace falta azúcar en mi cuerpo después de tanta amargura.

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⏰ Última actualización: Sep 05, 2022 ⏰

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El chico del espacio, conoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora