La aburrida vida de una loca

Prólogo El tráfico

Todo empieza en una mañana soleada de un hermoso día, los pájaros cantan,  la gente abre las ventanas de sus casas para dejar que el aire fresco de la mañana entrara, si parecía un día cualquiera, pacífico y tranquilo cuando... -¡Biiiiiiip!- Mi mano tomo el despertador que sonaba y lo arrojaba contra la pared apagandolo y haciéndolo caer sobre un montos de relojes de mesa rotos, levantándome me dirigí al baño, arrastrando los pies mientras soltaba un bostezo. Cuando entre camine directo al lavamanos, abriendo el grifo tome un poco de agua con mis manos y lave mi rostro, enderezando mi espalda me seque el rostro con una toalla blanca que colgaba a un lado y me observé en el espejo, mi cabello café oscuro estaba enmarañado y todo enredado, pude ver ojeras oscuras debajo de mis ojos causadas por las noches en vela de trabajo, mis labios agrietados por la falta de agua y un poco de acne por toda mi cara, aunque ya no era una adolescente me salían granos por el estrés, agarrando mi cepillo de dientes le puse algo de pasta dental sabor coco y empecé a cepillarme repasando las cosas que tenía que hacer hoy, debía entregarle un informe al jefe del grupo antes de las doce, ir a alimentar al perro de su vecino que estaba de viaje durante el almuerza e ir a comprar comida para la alacena que ya estaba vacía, después volver al trabajo para el turno doble y luego me tocaba limpiar la oficina antes de volver a casa, enjuagando mi boca salí del baño sin ducharme, no olía tan mal, o eso espero. Volviendo al cuarto fui hasta mi armario y saque algo de ropa, lo que usaría hoy, una camisa blanca con unos jeans ajustados con un suéter negro enzima, dejando la ropa en la cama empecé a peinarme mientras tomaba mi celular con una mano viendo los mensajes, al parecer uno de sus compañeros había sufrido un accidente y no podía ir al trabajo, apagando mi celular me termine de peinar y cambiar llendo a la cocina para conseguir algo de desayuno, solo tenía un par de manzanas y un cartón le de leche caducado, tirando el cartón de leche a la basura tome una de las manzanas y empecé a comerla mientras salía de mi casa no sin antes tomar mi maletín y mis llaves, cerrando la puerta con llave miro la hora en su teléfono, aun me quedaban treinta minutos, bajando las escaleras del edificio ya que el ascensor se había dañado hace dos días salí del edificio apartamento y me dirigí a mi auto, entrando en este lo encendí y arranque, saliendo del callejón dónde estaba la entrada a mi casa mire hacia ambos lado, empecé a conducir camino a mi trabajo cuando ví que los autos frente a mi se detenían, lo hice de igual forma para evitar chocar mientras asomaba la cabeza por la ventana segura viendo que ningún auto pasará a su lado y arrancará su cabeza, genial, al parecer había un accidente más adelante y eso detuvo a todos los autos, apoyando mi cabeza en el volante solté un suspiro.

¿Supongo que ahora tengo algo de tiempo para presentarme no? Mi nombre es Samantha Urdan tengo veintitrés años y vivo en Caracas, Venezuela, si, vivo en uno de los países con mayor corrupción y peor estado económico del mundo, trabajo en la famosa empresa de teléfono Movilnet, la segunda empresa más famosa del país aparte de Movistar, debido a mi pésima actitud con los clientes me asignaron como encargada de enviar los correos electrónicos a la gente. La verdad no puedo decir mucho de mi, nací en un pequeño pueblo a las afueras de la sabana a una hora de viaje hasta la frontera de Brasil, me mudé tan pronto cumplí los 18 años y tuve una oportunidad de trabajo, desde entonces trabajo en ese lugar día y noche, la verdad vivir aquí no sería tan malo si no fuera que cada semana ocurría un accidente de autos y me quedaba atrapada en el tráfico. -¡Piiiiiiib!- escuché el sonido de la bocina de una auto que estaba detrás de mi, no tarde en escuchar como los demás conductores también hacían lo mismo, como una reacción en cadena, sintiendo como las semillas de una migraña se alojaba en mi cerebro solté un suspiro agotado y sabiendo que esto iba para rato estrelle mi frente contra el volante haciendo sonar la bocina, solo esperaba que este día acabará pronto pero viendo como iban las cosas, no sería así, ojalá todo el asunto se arreglará rápido, no quería llegar demasiado tarde al trabajo.

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Aquí está el prólogo, es la primera historia que hago con este tipo de seriedad así que sean pacientes¿si? Cómo dije en la descripción si ven que alguien plagia o resube la historia sin mi permiso explícito avíseme.

Buenas noches/tardes