Long Story Short ||James Potter||

1. Esto no puede estar pasando

Madison Brown

6 de septiembre de 1977

Me encontraba en el baño de la habitación que compartía con las chicas, asustada por lo que estaba sintiendo, no podía estar embarazada, aunque tampoco es que estuviera muy segura de ello, pero sentía que podía pasar.

Después de leer un libro sobre ello, ya había confirmado yo sola que podía estarlo. Además, yo era muy puntual con mi menstruación, y también tenía un novio un poco idiota, que a veces se le olvidaba y yo era peor, porque solía olvidarme de tomar las pociones correspondientes.

Todo iba de mal en peor, así que estaba segura de que estaba en un buen lío. ¿Y si mi novio no quería un bebé? Era obvio porque solo nos quedaba un año para acabar Hogwarts y ninguno de los dos tenía planes de tener una familia tan pronto, ni siquiera yo veía un futuro con él.

Solté un pequeño suspiro, aunque lo había confirmado con un libro, tenía que estar segura antes de hablarlo con él. ¿Pero como haría para conseguir una prueba de embarazo? Necesitaba una urgentemente y solo esperaba que por favor diera negativa y que esto solo se quedara en un susto.

De pronto Marlene entró en nuestra habitación con una gran sonrisa.

—Hola mi dulce Maddie, ¿cómo está la mejor amiga más increíble del mundo? —suspiré, ni siquiera podía fingir que estaba feliz porque esto me estaba matando. No podía estar embarazada, me negaba a creerlo. 

—No estoy para nada bien Marls —sabía que en ella podía confiar porque ella nunca había dicho ninguno de mis secretos.

Después de todo era mi mejor amiga y siempre lo sería, tenía mucha suerte de tenerla en mi vida, porque a pesar de todos mis errores, ella se había quedado a mi lado y me había dado su apoyo en cualquier locura. Supongo que es por eso que éramos tan buenas amigas, las dos a veces solíamos hacer demasiadas estupideces.

Pero la que había hecho yo en estos momentos, superaba todas ellas.

¿Cómo pude ser tan despistada? Tenía que calmarme, tal vez estaba creando un drama innecesario. Seguramente solo era un pequeño retraso que acabaría pronto, así que no podía entrar en pánico todavía.

Ella se acercó preocupada a mí y se sentó a mi lado tomándome de las manos. ¿Cómo decirle esto sin que gritara en el intento?

—Anda cuéntame que es lo que te preocupa tanto, porque te noto que algo te anda preocupando.

—Qué quede entre las dos por favor Marls —ella asintió pegándose un poco más hacia mí, dejándole pequeñas caricias a los dorsos de mis manos, reconfortándome. 

—Ya sabes que yo no diré nada, siempre puedes contar conmigo para lo que sea mi querida Maddie —asentí, ella tenía razón.

—Bien, hace unos días no me sentía muy bien que digamos y tengo un libro un poco peculiar que me hizo pensar que tal vez tuviera algo —ella me interrumpió impaciente.

—Por Merlín Maddie, dilo de una vez. Seguro que no es tan malo como piensas y si lo es, pues ya nos encargaremos de solucionarlo. 

—Estoy embarazada —ella abrió los ojos de golpe realmente sorprendida. No se lo esperaba y yo menos me esperaba decirlo de esta manera.