La luz de un nuevo día la despertó, sintiendo como, sobre su cuerpo se encontraban infinidad de hojas, de todo tipo y color, tardó un buen rato en quitarlas todas.
¿Que año será?, ¿Alguien me habrá visto?.
Preguntas que se hacían casi a diario, se puso de pie sintiendo los apretados grilletes, hace mucho tiempo ya que se había resignado y dejado de intentar quitárselos. Suspiro, caminado y escuchando el sonido de las cadenas moverse.
Por suerte las cadenas alcanzaron a llegar a un lago cercano en el que podía bañarse a gusto, sin pudor o temor alguno se desnudo completamente, pues se encontraba en una parte tan profunda del bosque que solo animales y ella conocían.
Lavo su cuerpo meticulosamente, mientras recordaba el calido abrazo de su madre y cuánto la extrañaba.
Al termino de su baño, se dirigió a una cueva cercana, en donde una loba había dado a Luz hace no mucho tiempo, le gustaba corroborar que los animales estuvieran saludables, al llegar el macho enseguida le gruño enseñando los peligrosos colmillos en su hocico.
- No te preocupes soy yo, al parecer dormí por mucho tiempo, de seguro tus cachorros ya son unos lobos adultos.- Murmuro con cierta pena en su voz.
Al escuchar esa voz tan familiar, tres lobos adultos se le lanzaron encima lamiendo su rostro y pidiendo caricias.
Enternecida ante ello, no se los nego y comenzó a acariciar detrás de las orejas y jugar con ellos. Pequeños momentos de felicidad que la hacían sobrellevar todo aquello.
- Dormí 4 años más, eso es mucho madre y padre ya murieron hace 339 años, mi pueblo ya no existe hace 200 años y nadie vive para recordarme.- Dijo acariciando a uno de los lobos que dormían a su alrededor.- ¿Acaso este es mi destino?
Los recuerdos llenaron su mente, de vez en cuando una o dos personas la encontraban, al parecer incluso había una leyenda sobre ella, gracias a ellos pudo informarse sobre la fecha e historia del momento.
Pero hace ya más de 59 años que ningún alma había aparecido en bosque o bueno, cerca de ella a pesar de que siempre era para pedir algo, normalmente respecto al amor.
En serio disfrutaba esos pequeños instantes de compañía, ante la idea de que alguno de ellos no viniera por las predicciones si no que por ella, llenaba sus fantasias.
Con el tiempo noto, que cada vez más personas nacían como ella, con habilidades increíbles.
Gracias a ello podía vivir sin matar a alguno de los animales, absorbiendo la energía de la tierra o el mismo sol. Disfrutaba de recostarse bajo los suaves rayos de sol de primavera y dormir mucho, sus sueños por lo general duraban años enteros .
Su cuerpo tembló al sentir como una gran cantidad del bosque desaparecio en un momento, alarmada por el estado de los animales que allí habitaban corrió lo que la cadena más le permitió, al llegar pudo ver unas grandes máquinas talando los árboles y destruyendo el bosque.
Los animales escapaban, buscando refugio, ella sin pensarlo dos veces cargo a las pequeñas crías que veía no podían correr y las llevo a un lugar seguro.
Estaba asustada ¿Qué demonios sucedía?, ¿Porqué destruyen mi hogar?.
Todo el resto de la tarde se dedicó a cuidar de las heridas que algunos animales habían sufrido y cuando las máquinas dejaron su trabajo, sintió una ira que no pudo controlar, utilizando la energía guardada durante años, hizo crecer cada árbol, planta y flor, que había sido cruelmente destruida.
Con gran furia destruyó las extrañas máquinas y con zarzas, delimitó un gran muro hasta donde su esencia le permitía.
- No podré protegerlos a todos, pero haré mi mayor esfuerzo.
No muy lejos de allí, un curioso trío de amigos acampaban, cuando sintieron un terrible temblor.
- ¡Que mierda está pasando!- Grito un curioso chico de pelo rubio- ¡Shota sálvame!.
- Hizashi, dios el temblor se detuvo hace ya rato.- dijo este acariciando su sien- Deberías ser como Shirakumo, míralo tranquilo y comiendo.
Y era totalmente verdad, el chico de pelo celeste comía tranquilamente unos malvaviscos que previamente había calentado en una fogata, sin ninguna idea de lo que ellos hablaban les ofreció algunos.
- Saben, mañana deberíamos investigar.- Sugirió- De seguro será divertido.
- ¡¡Tres!!- Exclamó.Se había despertado con una increíble taquicardia, pero estaba segura, lo había sentido. Ante sus gritos los pájaros que dormían sobre ella habían salido despedidos al cielo.
- ¡Tres almas!- Exclamó otra vez - ¡¡Las sentí, no estoy loca estoy segura!!.
De inmediato corrió lo más rápido que sus pesadas cadenas le permitieron, a no más de 15 minutos los pudo ver, su corazón latía como loco, ¡¡Tres personas!!.
Se sintió nerviosa y tímida.... Tratando de recordar como hablar o pensar en la forma más óptima de iniciar una conversación. Se oculto tras un árbol lo cual fue algo inútil su tamaño y altura era tal que fácilmente podrían mirarla.
-" Que cabello tan bonito, parece que tienen unos 16 años... ¿Que hacen por aquí?".
- Wow este muro no estaba ayer, ¿De dónde habrá salido?- Preguntaba un rubio lleno de curiosidad.
- Sea lo que sea, no podemos salir si esto está aquí,- Contesto un pelinegro de mirada cansada- ¡Oye Oboro, puedes ver el final!.
Ladeó la cabeza extraña, ¿A quien le estaba hablando?, elevando su mirada, vio con asombro como un chico de cabello color cielo, flotaba en el aire sobre lo que parecía ser una nube.
Del asombro dejo su escondite para ver más de cerca, provocando el sonido estrepitoso de las cadenas.
Los tres voltearon al mismo tiempo, quedando igual de asombrados. Una mujer de gran altura les miraba con nerviosismo jugando con los bordes de un antiguo y gastado Kimono.
Se mantuvo el silencio.
El silencio se interrumpió solo por el sonido de la brisa y el tronar de las aves que dormitaban en las ramas de los árboles. Respirando profundamente, reunió todo el valor de su cuerpo, pero antes de que cualquier palabra saliese de su boca se vio frente a frente con el chico de cabello color cielo.
- ¿Quien eres?- Le pregunto con una radiante sonrisa.
Sonrisa que trajo un fugas recuerdo y un calito sentimiento.
- M-mi....mi nombre es... Uzume, Uzume Hado.
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Hasta Que La Muerte Nos Separe ( Shirakumo Oboro X OC)
FanfictionToda su vida había lamentado el hecho de existir, pues quién quiere hacerlo si estás solo. Su vida cambia al ser encontrada por un chico sonriente de hermoso cabello color cielo. - No estás sola, nunca lo estarás porque yo estare contigo.