Hor: El comienzo del viaje

Parte I

Arriba está el más allá,
Abajo la realidad,
Allí lo más preciado encontrarás.

Pero una elección te aguarda,
A ti simple alma mortal,
Y sólo tú decidirás.

Bienvenido seas a esta frenética historia fantástica, llena de dramas, sonrisas y lágrimas. Pero no una cualquiera, con dragones, orcos y mazmorras, en la que todo viene ya decidido por una ficha y la suerte sea la que decide tu destino. No, no, más bien es una de esas aventuras que puede, o no, llegar a hacer mella en tu corazón sombrío.

Deja que te introduzca a un mundo sin límites, donde ni siquiera la genética es un muro que frena la vida, donde ni siquiera las leyes de la naturaleza que conoces fueran lo único ahí afuera en el mundo de Hor.

La verdad es que hay galaxias infinitas con millones de planetas y miles de mundos con historias de personajes jamás contadas, pero una cosa te voy a anteceder, en esta colección única de senderos aventureros solo habrá un camino que tú mismo descubrirás. Un único camino que puede llegar a abrir la puerta que lleve a conocerte a ti mismo, o a otros. Otros que harán que veas cuán oscuro puede llegar a ser el corazón del hombre. Pero que eso no te haga mirar hacia otro lado, no hay que temer lo que ya se sabe y no se quiere ver. Pues como ya bien dijo un gran sabio hace mucho tiempo... "Puedes dudar de todo o creer en todo lo que te dicen, ambos caminos llevan a lo mismo: No pensar por ti mismo".

Volviendo al tema que nos cierne solamente a nosotros y encaminándonos hacia lo que para algunos es verdadero, yo haré que vivas en la mente de alguien elegido al azar. Alguien nacido y crecido, o puede que aún en ello, en Hor. Que hará que veas la realidad de otro modo, gracias al pensamiento único de quien sea elegido.

Así que, sin más dilación, que la mazmorra del saber te engulla y así puedas abrirte paso a través de los ojos de otro para que te ayude a crecer, juntos, en espíritu. Por tanto, yo, el gran dios de las historias jamás contadas, te envío a observar el destino del elegido en un mundo ya en tinieblas. Que el azar de la suerte te acompañe.

Y antes de irme, he de avisar que contigo estaré en todo momento, aunque no lo parezca, pero parecerá que desaparezco de vez en cuando para que así, en el momento que menos te lo esperes y te sientas perdido, aprecies estos momentos que te doy a ti. O mejor dicho, el regalo que te hago al ofrecer a una simple alma mortal mi tiempo. Pues quien pasa mucho tiempo al lado de alguien, acaba volviéndose invisible. Así también me reconocerás y poco a poco entenderás todo cuanto digo, no te dejes llevar, aún falta mucho por delante. Ahora sí que sí, ya nos volveremos a encontrar...