Con ojos grandes, piernas temblorosas
Escondida entre la delgada maleza.
Detrás de la naturaleza.
Como si de un monstruo se tratara.Yo qué la veo allí escondida.
Trato de acercarme, pero escapa.
Y entre el bosque se pierde.
Bajo una noche estrellada.Miré de cerca y ví.
A un ser que no era malo.
Pero aún así temblé.
Por su tamaño desbordado.¿Por qué sé, que no era malo?
Porque lo conozco de siempre.
Pero aún tiemblan mis manos.
Aunque ya miedo no siente.Aquí, observare sus ojos.
Esos, que con sólo mirarlos me cautivan.
Pero pierdo el valor, aquí escondida.
Viendo su belleza deslumbrante.Aquel, que a pesar de ser grande.
Se agacha para ayudar al débil.
Así, como cuando llueve.
Se mantiene firme ante su ataque, como si fuera insignificante su intento de hacerlo caer, así como el tiende a ser, a la vez tan dulce y tercoComo aquel viento en invierno.
A veces frío, pero constante.
Así es como te siento.
Por lo que no puedo olvidarte.Pero yo lo miro de lejos.
Y en las sombras me oculto.
Para que su mirada astuta.
Con ella nunca se encuentre.Pero le deseo suerte.
En encontrar felicidad.
Porque para mí siempre será.
Mi debilidad más fuerte.