El viento me susurra al oído
Las sombras amplían su dominio
Como si de demonios codiciosos se tratara
Y la luna se asoma para disfrutar de tu bellezaSeñor de la noche, dueño del alma impia
Que con su sola presencia hace temblar las demás existencias
A tu lado quedan pequeñas como si comparas al sol y la tierraTú que cargas en tus hombros
El pecado de haber nacido
Y que cumples tu cometido
Luego de haber pecadoA ti que a veces juzgas con tus ojos
Nuestra humilde eficiencia
Y en tus manos jugamos
Como simple marionetasPero al final no somos nada
Sólo algo pasajero
Que al final de tus milenios
Olvidas muy fácilmenteOlvidas a quien perjudicas
Pues simples juguetes somos
Y en lo alto de tu trono
De nuestro sufrimiento disfrutasSer el cual su simple existencia
Aún sigue siendo un misterio
Ser que aunque pasen milenios
Aún es la prohibida fruta
