Iba caminando por la calle, en un día caluroso y el sol estaba radiando, no paraba de jadear
(Pensé)
- Si no bebo agua pronto, me voy a desmayar
En eso pasa un señor y solo se me queda viendo antes de seguir con su rumbo.
-Los humanos son un asco al menos los que conocí. A este paso moriré.
Aun así, siguieron pasando varias personas, pero ninguna me prestaba atención, nadie me ayudaba. Pero al final alguien me ayudó, una chica de anteojos color lila, redondos, cabello ondulado, y unos grandes ojos color avellana.
Se me acercó y me cargó.
- Pobre gatito, ¿qué te ha ocurrido?
- (La sociedad, la sociedad me está matando)
- Ven vamos a casa
- (casa...)
-Tiempo después-
- Bueno, bienvenido a casa.
Vi que la casa de la humana no era muy grata, pero por su cara noté que solo quería ayudar.
-No es mucho, vivo sola, no tengo a nadie, mi novio me dejó, mi madre falleció y mi padre es alcohólico. Pero ya me acostumbré(llorando).
- (oh humana, que equivocada estas)
-siempre quise un gato, pero mamá no me dejaba y mi padre, mucho menos. Si salía de casa, solo salía a comprar las cosas, pero solo esas eran las ocasiones.
Quería jugar con los otros niños, pero no podía.
Pero ahora que tengo 21 años ya puedo tener lo que quiero por ejemplo a ti.
- (Humana, ¿cómo es que tienes un corazón tan grande?).
La humana desprendía tal amor que el gato no podía comprender como era posible.
Los días siguen, mi humana sigue su rutina diaria.
Antes de irse me agarra, me abraza, me da dos vueltas por el aire, m baja y me dice:
-Ya me tengo que ir, siento dejarte solo, pero si no trabajo, ¿con que nos sostendremos?
- (en eso tienes razón humana)
-Adiós, cuidas la casa
[Cierra la puerta]
-Bueno..., y...., ¿ahora que hacemos?
Como no sabía lo que iba a hacer, me puse a jugar con mi pelota de estambre. Después con mi casita de dos pisos.
Sin darme cuenta dio la noche.
Me quedé dormido y nada más oí el ruido de la puerta abriéndose.
Vi a mi humana quitarse las zapatillas, y acostarse en el sofá.
La humana golpeo el sillón dándome a entender que quería que me subiera.
Yo lo hice.
Me acosté en sus piernas, y me contó lo que le paso.
-Hoy me despidieron
- (¿ESTAS BROMEANDO?)
- parece broma, ¿no?
- (por tu cara, no es broma)
-Llorando me dijo-
-Ya no sé qué hacer
- (No sé cómo ayudarte)
Para nuestra suerte, a los pocos días consiguió trabajo. Me contaba que le pagaban muy bien, que ahora nos podríamos dar un poquito de lujos. Qué por eso, me trajo lo más delicioso que jamás había probado en mi vida, me quede pensando, ¿qué era eso?
Fue a la cocina y sacó de donde tenía los trastes un plato, lo más gracioso del asunto es que lo que me dio de verdad me gustó.
Era atún, ATÚN, OMG.
Me lo comí como un troglodita, o más bien un gato que nunca había probado la buena comida.
Mi humana se reía, y por ello me alegré.
Y así seguían esos días gloriosos, llenos de dicha y felicidad. Pero no todo siguió, así como deseaba que fuera. Mi humana, mi dueña, mi ama y señora se enfermó, y fue a parar al hospital, yo intenté subirme a la ambulancia, pero no me dejaron. Me bajaron y tuve que esperar afuera.
Pasaron 8 horas antes de que se me diera la noticia, llegaron unos hombres de blanco y me leyeron una nota que dijeron que era de mi ama, y decía:
"Mi querido amiguito, lamento el importuno que estas pasando por mi enfermedad, los doctores me dijeron que tenía un coagulo en el cerebro, pero ya tenía mucho avance y era muy difícil que lo pudieran sacar, pero no imposible, en unas horas me van a operar, no te puedo decir que llegare bien a casa, por lo que te pido es que seas feliz, y que no importa lo que pase, sigue adelante, encuentra un nuevo hogar, una nueva familia o ama(o), no te aferres a esta casa. Se feliz Atte. Marta"
Mi ama ya no iba a regresar de eso estaba seguro, antes de irse los hombres uno de ellos dijo acariciándome el pelo
-Los siento amigo
Sin más se marcharon.
Un amor a si no le llamaría amor comprendido más bien, mi ama vivía en su vida lo mismo que yo, un amor incomprendido