LINDO HERMANITO || MINLIX/HYUNLIX || Threeshot

𝐓𝐖𝐎 𝐘𝐄𝐀𝐑𝐒 𝐋𝐀𝐓𝐄𝐑

Dos años más tarde. Dos años desde que condenaron a su hermano a pena de doce años encerrado en la cárcel.

Durante estos dos años, Felix superó su trauma y Minho salía del centro penitenciario dos veces a la semana para ir al psicólogo ya que se le diagnosticó con limerencia, todos los síntomas estaban presentes en el comportamiento del mayor.

Felix cayó de golpe al suelo, gracias a que debajo de la ventana había un pequeño jardín que ablandó al menos un poco su caída.

Entró a la comisaría de policía y corrió por todo el lugar hasta llegar al final, en donde un hombre estaba sentado, escribiendo algún informe en su ordenador.

—¡Ya tengo las pruebas! —exclamó Felix apurado, dejando encima de la mesa la mini grabadora que Hyunjin le había dado.

El hombre asintió con la cabeza, señalando al hombre que se sentaba al lado suyo. Él se levantó, yéndose a algún lugar, y volviendo con Hyunjin con las manos esposadas.

—Me alegro de que lo hayas conseguido —el mayor sonrió, sentándose al lado suya—. ¿Me puedes quitar estas esposas? —el azabache le preguntó al agente, quien rió y sacó las llaves para librarlo.

—Fue difícil —dijo el hombre—. Hicieron un buen trabajo.

—Gracias... —Felix asintió con la cabeza algo avergonzado, habían escuchado sus gemidos a través de una grabación de esa misma noche.

—No te hice mucho daño, ¿verdad? —el agente que se tiró encima de Hyunjin hace unas horas le preguntó.

—Un poco —rió—, pero estoy bien.

—Bueno, por favor, Jisung, ve a buscar a Minho, seguramente seguirá en su casa durmiendo. Llama a tu equipo, asegúrate de que no se escape.

—Sí —se despidió con una reverencia y se alejó hablando por el walkie talkie.

—Y ahora, nos tenemos que encargar de Felix —el hombre se dirigió al mencionado—. Todavía te queda más o menos un año para cumplir los 18. Aunque parezca tonto, no puedes quedarte bajo el cuidado de Hyunjin. Te mandaré a un lugar en el que cuidan a los chicos como tú, conozco gente allá.

—¡Pero Chris...! —El azabache se levantó de su sitio.

—Hyunjin, está bien —Felix le sonrió—. Estaré bien, cuando pueda salir, iré a verte.

—Entonces así se acordará —el hombre llamado Chris imprimió unos papeles y los firmó para luego entregarle una copia al morocho—. Felix, adentro.

—Sí.

—¿Y yo qué hago?

—Puedes volver a casa.

Felix salió de aquel internado en Goyang y miró a su alrededor, al fin era libre. Según tenían planeado, él iba a salir una vez hubiera cumplido los 18, pero la fecha de su salida se extendió hasta el día de hoy, dos años después.

Ahora el menor tenía un celular y ya no era víctima de su hermano, quien ahora cumplía con su castigo, le quedaban 10 años de prisión. El castaño a veces se preguntaba cómo lo estaría pasando Minho ahora mismo.

—¿Cuándo llegarás? —preguntó Felix.

—Estoy atrás —el otro respondió desde el otro lado de la línea.

Felix dio media vuelta sobre sus pies y sonrió al ver a Hyunjin dentro de un coche, saludándolo con la palma de su mano y con una brillante sonrisa en su rostro. El menor corrió hasta el vehículo y se sentó en el asiento del copiloto, cerró la puerta y se abrochó el cinturón a la vez que Hyunjin le depositaba un rápido pero suave beso en sus labios.