adaptación | En una aldea de bárbaros, solo los más fuertes, los más ágiles, los más inteligentes, los que nunca perdían, tenían el derecho de ser líder, de ser el rey en la tribu.
Así es como se ha mantenido viva la aldea de las tierras de Jeon, un...
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Taehyung comía felizmente su delicioso cerdo reciente cocido, podía sentir como la carne caliente se derretía en su boca de manera exquisita, era lo mejor del mundo.
Jungkook estaba a su lado, comiendo con él, el rubio podía escuchar a su Omega ronronear felizmente mientras devoraba con hambre su carne. Era algo gracioso de ver, aunque tierno también, no se quejaba de nada.
—¡Terminé!— exclamó el castaño, sobándose un poco la panza con suavidad, esos antojos por comida deliciosa pasaban a menudo y la verdad le gustaba eso no podía negarlo aunque quisiera.
—Ya me di cuenta.— murmuró en respuesta el alfa, notando las mejillas del castaño untadas de comida, y además de un plato gigante que se le había servido, que ahora estaba completamente vacío, a su lado.
—Kookie tengo sueño.— ahora el castaño estaba dormitando en su sitio, debió imaginarlo, siempre que comía bastante pasaba así, parecía que tenía más energías para comer que para otra cosa.
El rubio solo le ayudó a limpiar el rostro al castaño y después lo cargó a su cabaña, le acostó en su gran nido de pieles, se acostó a su lado también para estar allí hasta que el Omega se quedara dormido.
—Oye Kookie, ¿Cómo crees que sea nuestro pequeño?— preguntó el castaño en un murmullo, mirando al rubio con sus ojos grandes, el rubio lo miró con una sonrisa ladina, lleno de orgullo pero también cariño.
—Será igual de bello que tú, también será el mejor de todos en la tribu, yo mismo le voy a enseñar cómo serlo.- Jungkook dijo con su sonrisa que cada vez se volvía más grande, y Taehyung tuvo que evitar rodar los ojos.
Pobre de su pequeño, solo esperaba que no fuera tan salvaje que su padre, pero bueno, él estaría allí para educar a su pequeño también, así no habría tantos problemas.
—Yo quiero un pequeño que se parezca a Kookie, pero no tanto, que sea una mezcla de ambos, yo sería muy feliz.— Taehyung ya se lo imaginaban, un precioso cachorro de rizos castaños y ojos azules, sería su pequeña parte perfecta.
El pecoso dejó que el sueño lo llevase a su país, quedarse dormido en los brazos de su amado era lo mejor del mundo y no lo cambiaría por nada.
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